Un total de cinco de los once procesados reconocieron ayer ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial que traían cocaína a Mallorca procedente de Galicia. Previamente, estos encausados habían alcanzado un pacto de conformidad con el fiscal para reducir sustancialmente sus penas.

En un principio, el representante del ministerio público solicitaba para todos los encausados penas que sumaban 71 años de prisión. Tras alcanzar estos acuerdos con al menos cinco de ellos, esta cifra se rebajará.

Así, el comportamiento fue ayer diametralmente opuesto entre los que habían alcanzado este pacto con el fiscal y los que no. Mientras los primeros describían con todo lujo de detalles cómo traían la cocaína desde Galicia hasta Mallorca, los otros procesados hacían oídos sordos a que el contenido de algunas grabaciones comprometedoras estuviera relacionado con el tráfico de drogas.

"Entonces estaba muy enganchado a la droga", resaltó uno de los procesados que reconoció su participación en el tráfico de drogas. "Llevaba 22 años sin delinquir. Estuve 16 años trabajando como jefe de mantenimiento en un hotel, pero tuve un accidente, me amputaron un dedo y me jubilaron", indicó. Este accidente laboral, según su versión, fue la antesala de su recaída en la delincuencia y su participación confesa en este entramado de narcotraficantes.

Este procesado, que alcanzó un pacto con la Fiscalía para ver reducida su pena, desgranó su adicción a las drogas. "Consumía base de cocaína hasta que ingresé en Proyecto Hombre", precisó.

En este sentido, otro procesado, que tenía una pequeña fábrica de patatas fritas en Son Verí, admitió también que había introducido cocaína en Mallorca procedente de Galicia.

Asimismo, otro encausado que fue sorprendido con cocaína en el interior de un Volkswagen Golf confesó su participación en esta red de narcotráfico para ver atenuada su pena.

En concreto, agentes de la Policía Nacional le sorprendieron el 11 de abril de 2018 en el preciso momento en el que sacaba la sustancia estupefaciente del coche. Al parecer, el 2 de abril de ese año había llegado a Mallorca tras embarcar en el ferry desde Denia. La cocaína la habría traído desde Galicia.

Otro de los que se desvincularan del resto de los presuntos narcotraficantes admitió que guardaba la droga en un domicilio de Vilagarcía de Arousa. De acuerdo con su testimonio, solo aceptaba unos gramos de cocaína como forma de pago.

Un sofisticado escondite

Por el contrario uno de los encausados que no llegó a un acuerdo aseguró que el dinero que supuestamente portaba fruto de la venta de droga lo llevaba para "comprarme un coche". No obstante, cuando el fiscal le pregunta si interpuso alguna denuncia por esta presunta sustracción, él lo negó.

Durante su comparecencia el fiscal pidió que se escucharan grabaciones de sus conversaciones con el teléfono móvil con la grúa. Al parecer, sufrió una avería mientras portaba la droga escondida en el interior del vehículo.

La Policía Nacional desarticuló de esta banda de narcotraficantes en mayo de 2018 en la denominada 'Operación Yunque'. Los agentes intervinieron 14 kilos de cocaína y 126.000 euros en efectivo, así como numerosos coches utilizados para introducir la droga en la isla.

Lo más característico de estos traficantes de droga es el sofisticado método que utilizaban para hacer caletas en determinados modelos de coches para ocultar la droga. Hasta el punto de que era muy difícil de encontrar la sustancia estupefaciente escondida en los vehículos.

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