El vecino de Andratx acusado por el incendio que arrasó la Serra de Tramuntana en 2013 ha reconocido este lunes ser el responsable del fuego, aunque ha señalado que fue "sin querer" y que lo siente "mucho". "El viento lo jodió todo", ha lamentado en el juicio en la Audiencia Provincial.

"Pensé que estaba apagado", ha dicho, en relación a los restos de una barbacoa que echó sobre un bancal, y que fueron el origen del incendio forestal que quemó 2.347 hectáreas. El hombre sólo ha accedido a responder a las preguntas de su abogado, señalando que no se encuentra bien.

Los restos de una barbacoa, el origen del fuego

El incendio comenzó el 26 de julio de 2013, en una finca en el Camí de Son Jovera, en Andratx. El acusado ha explicado que el día anterior había hecho una barbacoa con dos amigos, sobre las 19.00 o 20.00 horas hasta las 22.00 horas.

Al día siguiente se despertó sobre las 10.00 horas y, según su versión, vio que los restos de la barbacoa estaban "fríos" y "apagados". "No noté que saliera humo ni nada", ha indicado, insistiendo en que no creyó que hubiera "peligro".

Así, ha reconocido que con una carretilla tiró las ascuas sobre "un bancal", que estaba "desbrozado", por lo que había "montones de hierba" cortada en un camino adyacente.

Fue su hermano quien se percató del fuego. El acusado ha asegurado que llamaron a los servicios de emergencias desde el primer momento, pero que los medios de extinción tardaron una hora en llegar. Ha contado que intentó apagar el fuego con una manta y cubos de agua, y que pidió ayuda a los vecinos, pero sus esfuerzos fueron inútiles porque "se levantó viento". "Soy de campo y me ha pasado esto... Yo lo siento mucho", se ha disculpado.

El mayor incendio de Baleares

Tras el acusado ha declarado, en calidad de testigo, un sargento del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), de la Guardia Civil, quien a preguntas de la Fiscalía ha ratificado que el de 2013 fue el mayor incendio que ha vivido la Comunidad Autónoma. "Es el más peligroso de los que he investigado y el que más hectáreas afectó", ha dicho.

El agente, que intervino en la investigación del incendio, ha mantenido que el origen del incendio estuvo en unos montones de poda. Según sus pesquisas, las ascuas fueron arrojadas sobre esos montones, y "no esparcidas". También ha confirmado que el día de los hechos había una muy alta temperatura y una humedad baja, y que las características de la zona dificultaron el acceso de los medios de extinción.

Otro agente del Seprona ha considerado que hubo una conducta "imprudente" en el acusado, aunque no intencionalidad. A su juicio, "cualquier persona" hubiera sabido que no se debían arrojar los restos de una barbacoa sobre vegetación seca, aunque cree que "no todo el mundo sería capaz de valorar que se podría extender con tanta rapidez". "No se debió hacer la torrada", ha dicho el agente, que ha añadido que el acusado debería haber mojado las ascuas para evitar riesgos.

Un agente de Medio Ambiente que realizó otro informe ha apuntado también a "negligencias y causas accidentales", pero no a un incendio provocado. También ha explicado que en verano hay que pedir autorización a la Conselleria para hacer fuego, y que en zona forestal no se podría dar. En este caso, no se pidió ninguna autorización. A opinión de este experto, si se hubiera pedido, tampoco se hubiera concedido.

Finalmente han declarado dos propietarios de fincas afectadas por el fuego, vecinos del acusado, que no reclaman por los daños. El juicio continuará este martes con más testificales. Cabe recordar que en julio de este año se celebró una vista previa en la que no se pudo llegar a un acuerdo, a pesar de que el acusado ha asumido desde la instrucción su culpabilidad.

Indeminizaciones

La Fiscalía también reclama para el acusado una multa y que indemnice a los perjudicados que sufrieron daños en sus fincas, al servicio de Bomberos del Consell de Mallorca, a la Conselleria de Medio Ambiente -en más de 4,3 millones de euros- por los costes de los medios aéreos y terrestres y la restauración de la zona afectada, al Ayuntamiento de Andratx -con 99.360 euros- y al servicio de carreteras del Consell de Mallorca -con 1,6 millones de euros-.

La acusación pública recalca en su escrito que el terreno y las condiciones meteorológicas del día de los hechos eran propicias para generarse un incendio forestal. La temperatura era cercana a los 38 grados, la humedad relativa estaba en torno al 35 por ciento y la velocidad del viento era cercana a los nueve metros por segundo. Además, en la zona había hojas de pino secas, matorrales y arbolado, que ardieron con facilidad.

Así, el incendio se propagó con gran virulencia, y tardó varios días en ser extinguido -se consiguió apagar el 30 de julio-. Afectó a la zona suroeste de Mallorca, en el extremo situado más al sur de la Serra de Tramuntana, incluyendo territorio de los municipios de Andratx, Estellencs y Calvià.

2.347 hectáreas, la mayoría protegidas

El incendio afectó 2.347,1 hectáreas, de las que 1.278,6 eran parte del Paraje Natural de la Serra de Tramuntana y eran terrenos protegidos; otras 293,6 hectáreas de la zona de la Trama, otra área protegida LIC (Lugar de Interés Comunitariio) y ZEPA (Zona Especial para la Protección de las Aves); otras 535,2 hectáreas comprendidas entre Cala de Ses Ortigues a la Cala d'Estellencs, también LIC; y otras 182,7 hectáreas entre la finca de Es Galatzó y S'Esclop.

La mayor parte de los terrenos afectados (2.246 hectáreas) eran de propiedad privada, y entre los de titularidad pública figuran las fincas de Sa Coma d'en Vidal, Son Fortuny y Galatzó. Como consecuencia del incendio tuvieron que ser evacuadas unas 750 personas.

Se quemaron 4.600 árboles que tuvieron que ser talados, y la restauración se ha cifrado en 3,37 millones de euros. Los desperfectos a la carretera Ma-10 se estiman en un millón de euros. También se tuvieron que limpiar 4.500 metros de cunetas y restituir señales y otros equipamientos.