Mallorca ya nunca olvidará estos cinco días de finales de julio en los que, con el corazón en un puño, libró la peor de sus batallas contra el fuego y perdió una riqueza natural incalculable.

Viernes, 26Una imprudencia desata el incendio. Primeros desalojos en Andratx

Es mediodía cuando Ignacio G.H., de 44 años, sale al jardín de un chalé de la calle Pere Seriol, en la barriada de Son Curt de Andratx. En una carretilla metálica están las brasas de una torrada que él, su hermano y dos amigos hicieron la noche anterior. Ignacio cree que ya se han apagado, las tira al suelo y se va. Aún no lo sabe, pero acaba de provocar el mayor incendio forestal de la historia de Balears. La hierba está muy seca, el sol cae a plomo y corre la brisa. Los restos de la barbacoa todavía están encendidos y se dan todas las condiciones para que las llamas se extiendan velozmente: 35 grados, solo un 23 por ciento de humedad y vientos de 18 kilómetros por hora. En el Ibanat tienen el día marcado en rojo, porque el riesgo es extremo: 99 por ciento. Samuel, hermano de Ignacio, descubre el incendio unos minutos después. Los dos tratan de sofocar las llamas con una manguera y cubos de agua, pero no hay manera y a las doce y media en punto avisan al 112. Una gran columna de humo se alza imponente sobre sa Coma Calenta, alarmando a todo el pueblo.

La movilización de medios es inmediata. Los Bombers de Mallorca acuden enseguida al lugar y a las 12:47 horas, dieciséis minutos después del primer aviso según el Govern, un avión realiza la primera descarga de agua sobre el fuego que se extiende a toda prisa por el bosque, ante las casas de Son Curt y sa Coma Calenta. Las llamas se acercan peligrosamente a las viviendas, por lo que a las 12:57 se declara el nivel 1 del incendio y una veintena de vecinos son desalojados. Policía Local y Guardia Civil se despliegan por la zona. La prioridad es evitar que el fuego llegue al núcleo urbano. Las brigadas terrestres y los medios aéreos se multiplican, pero no logran evitar que las llamas sigan extendiéndose sobre el Puig Cornador y avancen imparables por la zona de es Castell en dirección a s´Arracó y Sant Elm. Son las 13:22 horas cuando la alerta sube a nivel 2. En el Ayuntamiento se instala el puesto de mando avanzado para coordinar la lucha contra el fuego.

Tres helicópteros, tres aviones de repostaje en tierra, tres hidroaviones -dos de ellos procedentes de Eivissa y Zaragoza- se unen a las siete brigadas del Ibanat y los efectivos de Bombers de Mallorca y de Palma, unas 120 personas en total. La piscina de Andratx y la playa de Santa Ponça son desalojadas para que los medios aéreos puedan cargar agua y se pide la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que moviliza a un pelotón desde Valencia, y el ministerio de Medio Ambiente envía 2 helicópteros y una brigada. El fuego avanza, en un solo frente pero imparable, y se cortan las carreteras que unen Andratx con Estellencs y es Capdellà. Once excursionistas son evacuados de La Trapa, al igual que quince vecinos de viviendas diseminadas de sa Coma Freda y sa Coma Calenta. Mientras, la Guardia Civil detiene a Samuel G.H. por un delito de incendio forestal por imprudencia y le deja libre tras tomarle declaración. Al caer la noche, cuando los medios aéreos se retiran, las llamas siguen sin control y han tomado ya unas 800 hectáreas entre Andratx, s´Arracó y La Trapa, en dirección este hacia el mar. Cruz Roja habilita el polideportivo de Andratx para que los evacuados pasen la noche allí, aunque la mayoría han acudido a viviendas de familiares y amigos. Poco antes de la medianoche, varias viviendas de la parte alta de s´Arracó son desalojadas.

Sábado, 27El fuego devora parte de La Trapa y avanza hacia Estellencs

Los efectivos terrestres intentan contener el fuego durante toda la madrugada, trabajando en condiciones muy adversas por la orografía, la oscuridad y el viento, que incluso les obliga a replegarse por momentos. El frente se bifurca: por un lado sigue avanzando hacia s´Arracó y Sant Elm, donde quince casas son evacuadas, y por otro enfila hacia Estellencs. Al alba, hidroaviones y helicópteros vuelven a la batalla, mientras un pelotón pesado de la UME, con tres camiones autobombas y un vehículo nodriza, desembarca en la isla y se despliega en el frente de Sant Elm. También llega a Mallorca una brigada de élite del ministerio de Medio Ambiente procedente de Lubia, en Soria. Son ya 300 las personas y 20 las aeronaves que luchan contra las llamas en el mayor operativo antiincendios que se recuerda en la isla. Los hidroaviones toman la playa de Peguera, donde continuamente cargan agua que luego arrojan en los frentes. Las altas temperaturas, que rozan las 40 grados, y el viento no ayudan.

La Trapa, finca comunal que los ecologistas del GOB adquirieron en los 80 para evitar que el cemento la destruyera, revive la pesadilla de 1994. A lo largo del día se quema la mitad de este enclave de altísimo valor medioambiental y el incendio es ya una catástrofe ecológica sin apenas precedentes.

El trabajo empieza a dar sus frutos en el frente sur, el de s´Arracó, pero el fuego sigue desbocado al norte, hacia Estellencs. El humo que inunda la zona provoca intoxicaciones leves a diez personas, que precisan asistencia sanitaria. Los técnicos calculan que las llamas han afectado ya a unas 1.600 hectáreas, pero confían en estabilizar el incendio el domingo.

Domingo, 28Desalojo masivo de Estellencs. La finca de Galatzó, amenazada

En otra madrugada infernal sin el apoyo de aviones y helicópteros, las brigadas terrestres no dan abasto y el fuego es incontenible. En algunas puntos, las llamas alcanzan los 20 metros de altura y, alentadas por el viento, avanzan a más de cinco kilómetros por hora. En Estellencs, casi todo el pueblo está en una verbena en la plaza cuando la Guardia Civil, a la una de la madrugada, aparece con noticias muy preocupantes y pone fin a la algarabía. El humo del incendio está ya muy cerca y hay que estar listos para una posible evacuación masiva del municipio. Después de tres horas de calma tensa y con mucha gente ya en la cama, la Guardia Civil irrumpe de nuevo en Estellencs con sirenas y silbatos. Puerta a puerta informan a 700 vecinos de que hay que marcharse enseguida de allí. La operación es muy complicada. Los afectados recogen a toda prisa sus pertenencias básicas y salen del pueblo en sus propios vehículos o en los autobuses habilitados por la Cruz Roja. Unas 200 personas de todas las edades se cobijan en el polideportivo de Esporles, mientras el resto opta por echar mano de familiares y amigos para que les acojan. Estellencs se convierte en un pueblo fantasma. Se ha cortado el suministro eléctrico por seguridad y allí solo quedan cinco guardias civiles y unos pocos empleados de un hotel para atender a los agentes que custodian la zona.

Un día más, el amanecer permite reiniciar la contienda contra el fuego desde el aire. Un enjambre de 28 aeronaves perfectamente sincronizadas descargan hasta 100.000 litros de agua en cada ciclo. El zumbido de este ejército se hace habitual en toda la bahía de Palma. Llegan otros 140 soldados de la UME procedentes de Valencia y el despliegue roza ya las 500 personas. El tiempo sigue jugando en contra, con mucho calor y viento y baja humedad relativa. El frente de Estellencs concentra casi toda la atención desde primera hora.

Escasean los víveres para los equipos de extinción y el ayuntamiento de Andratx hace un llamamiento, que corre como la pólvora a través de las redes sociales. En poco más de una hora, tienen que pedir que nadie lleve más alimentos, porque la avalancha solidaria ha llenado ya el consistorio. Los vecinos desalojados de sa Coma Calenta y sa Coma Freda regresan a sus casas, acompañados por la Unidad Militar de Emergencias, el tiempo justo para recoger más pertenencias y dar comida y agua a sus animales. Las viviendas no están afectadas, pero su envidiable entorno ha quedado totalmente chamuscado.

No hay tregua. El incendio, desbocado, abre un nuevo frente hacia el oeste y amenaza la finca pública de Galatzó, donde va entrando poco a poco. En la Reserva Puig de Galatzó evacuan ya a una decena de búhos, halcones, lechuzas, burros y ponis por lo que pueda pasar. Al atardecer, el frente de Sant Elm ha llegado ya hasta el mar, desde Cala en Basset hacia el norte. La situación es muy preocupante en Estellencs. Es una batalla cuerpo a cuerpo contra las llamas, azuzadas por el viento. Las brigadas terrestres abren cortafuegos y los medios aéreos apuran los últimos rayos de sol para vaciar sus enormes panzas sobre el incendio. El bastión de los equipos de extinción está en el mirador de es Grau. De ahí no puede pasar. Es un intento desesperado de evitar que el fuego, que se ha comido ya 2.000 hectáreas, se plante en Estellencs. Ya solo le falta un kilómetro para llegar. La tensión se eleva al máximo.

Lunes, 29Contenido el fuego en el norte, vuelven los vecinos a Estellencs

Como en toda guerra, la táctica resulta crucial. El incendio pierde la batalla de Estellencs, donde el bando de los bomberos consigue hacerse fuerte y contener al adversario. Pero el frente de Galatzó que se abrió el domingo sigue avanzando durante la madrugada y amenaza con extender el fuego hacia Calvià. Peligra la Reserva Puig de Galatzó, donde quedan todavía numerosos ciervos, gamos, avestruces, emus y osos pardos, por lo que se diseña un plan para sacarlos de allí si es necesario. Se teme que los osos puedan ponerse nerviosos por el humo y el hipotético operativo de desalojo, por lo que hay orden de dispararles un anestésico si se activa el protocolo. El terreno es agreste y es imposible atacar por tierra. De nuevo la lucha está en el aire, pero las nubes bajas y el viento retrasan hasta las nueve de la mañana el despegue de los medios aéreos, que cuando lo hacen desfilan sin pausa hacia el frente. A la zona llegan en helicóptero unos 60 brigadistas que combaten las llamas con palas y abren cortafuegos.

La Guardia Civil detiene a Ignacio G.H. Reconoce que fue él quien el viernes tiró las brasas en el monte, creyendo que ya estaban apagadas. Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) imputan además a otros dos comensales de la barbacoa, como ya habían hecho con Samuel, el hermano de Ignacio.

Y por fin una buena noticia. Los técnicos consideran que el frente de Estellencs ya no supone un peligro para los vecinos del municipio y autorizan su regreso. Unos 400 vecinos vuelven a sus casas, en una caravana que no disimula su alegría. Están felices porque tras un día y medio fuera de casa comprueban que todo está intacto. Algunos siguen con la fiesta que habían dejado a medias 36 horas antes y otros lloran de emoción. La carretera que une el pueblo con Andratx es peligrosa porque hay desprendimientos de árboles y rocas y quedan todavía algunos focos de fuego, por lo que seguirá cerrada hasta nuevo aviso.

El 80 por ciento del perímetro del incendio queda estabilizado. Se ha dado un paso de gigante y en el puesto de mando se ven caras de alivio por primera vez en muchos días, pero el frente de Galatzó sigue dando problemas y concentra toda la atención de los efectivos de extinción.

Martes, 30Estabilizado todo el perímetro, sigue la batalla

Los bomberos ganan otra batalla, que se antoja definitiva, en s´Esclop de Galatzó. El monstruo empieza a agonizar, pero sigue dando coletazos. Los técnicos anuncian que el fuego está completamente estabilizado y el operativo empieza a rebajarse. Seis aeronaves y 186 personas continúan trabajando para evitar perder terreno. En el puesto de mando se ven ya mangueras recogidas y la UME planea su retirada. La Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) de Soria se marcha, pero se quedan las de Daroca y Cuenca. El fuego está ya herido de muerte, pero no se baja la guardia. Habrá que seguir trabajando durante unas dos semanas más para rematarlo y despertar definitivamente de la pesadilla. Ignacio G.H. confirma ante el juez que fue el quien provocó, sin quererlo, la peor tragedia que han sufrido los bosques de Balears. Queda en libertad con cargos, acusado de un delito de incendio forestal por imprudencia. Según su familia, padece una enfermedad mental por la que está incapacitado.