Una piedra o un adoquín arrojado contra el escaparate era el rudimentario método que utilizaba un joven e hiperactivo ladrón para robar en establecimientos comerciales de Palma. La Policía Nacional le ha detenido tras acreditar su participación en al menos ocho fechorías.

Los primeros robos los cometió los pasados 17 y 18 de septiembre en una cafetería y en unas oficinas situadas en el barrio palmesano de El Vivero. Poco después se repitió otro delito de similares características en un establecimiento de la zona de s'Escorxador.

La frenética actividad de este delincuente ha proseguido durante el presente mes de octubre. Así, el pasado 12 de octubre el malhechor irrumpió en un bar y al día siguiente en un restaurante. En esta ocasión escogió el barrio de Son Ferriol para perpetrar los delitos.

Cristales rotos

El ladrón había dejado tras de sí un rastro de cristales de escaparates rotos a su paso antes de adentrarse para robar en los establecimientos comerciales. Esta oleada de delitos generó un profundo malestar en el vecindario.

A raíz de esta acumulación de denuncias de los afectados por delitos similares, efectivos del Grupo de Robos de la Policía Nacional iniciaron una investigación para tratar de esclarecer los hechos. El ladrón mantenía en todas las fechorías un mismo 'modus operandi' para desvalijar los comercios.

Finalmente, las pesquisas dieron su fruto. En la tarde del pasado jueves, los policías detuvieron al presunto autor de esta oleada de robos. Ayer fue puesto a disposición judicial.