Los residentes en la calle Indalecio Prieto manifestaron su incredulidad ante el asesinato.

Muchos no habían oído nada el viernes por la noche y se enteraron del crimen ayer por la mañana, al ver a la Policía en casa. Los vecinos recordaban a los dos implicados como personas tranquilas, en absoluto conflictivas. "Anoche vi al portugués", explica una joven.

"Era muy amable. Cuando vio que mi bebé me pedía agua, me dio una botella que llevaba sin abrir. Aún no me lo puedo creer".