Un adolescente de 16 años ha sido condenado por dos violaciones, una consumada y otra intentada, a menores de edad con las que convivía en un centro de desintoxicación de drogas de Palma. El acusado atacó a las dos víctimas, de 16 y 17 años, en el baño del recinto y una de ellas logró zafarse a patadas y empujones. El joven fue denunciado por una tercera chica por hechos similares, pero ha sido absuelto de esta agresión. La sentencia le impone dos años de internamiento en régimen cerrado y uno de libertad vigilada. Además, el condenado, sus padres, el Consell Insular de Mallorca y una aseguradora deberán indemnizar a las víctimas con 500 y 1.000 euros respectivamente. El fallo del juzgado de menores ha sido ratificado por la Audiencia de Palma.

Las violaciones se sucedieron entre finales de 2016 y febrero de 2017 en un centro de deshabituación donde convivían un grupo de menores con problemas, según declara probado la sentencia. La primera se produjo una mañana, cuando el condenado y la víctima, de 16 años, salían de clase para merendar. El adolescente pidió a la chica que le esperase porque tenía que coger una cosa en el aula. Cuando ambos se quedaron solos y ella salía del baño, el joven se le echó encima, la metió de nuevo en los aseos y cerró la puerta.

Una vez dentro, la cogió del pelo y la empujó contra la pared, exigiéndole que le hiciera una felación. La víctima trató de zafarse y mostró claramente su oposición, pero el menor la obligó. Acto seguido, volvió a empujarla, le bajó los pantalones y la penetró. Mientras lo hacía, la amenazaba: "Como grites, te parto la cara", le dijo para atemorizarla. Esta chica tuvo problemas psicológicos derivados de la agresión sexual sufrida. Llegó a autolesionarse y preciso asistencia terapéutica.

El acusado utilizó el mismo modus operandi en el segundo ataque. En las primeras semanas del año 2017, mientras caminaba por el recinto junto a otra compañera, de 17 años, el adolescente la cogió por el cuello y la metió a la fuerza en uno de los baños del centro, donde empezó a besarla. Luego se sacó el pene y le exigió que adoptara una postura concreta para mantener relaciones sexuales. La chica se enfrentó a él, propinándole una patada y un empujón para poder escapar.

Otra residente en el mismo centro de desintoxicación denunció haber sufrido una agresión sexual idéntica por parte del mismo chico. Según su versión, el acusada la llevó a la fuerza a los baños y la obligó a mantener relaciones sexuales completas. La sentencia no ha considerado probada esta tercera agresión sexual.

El juzgado de menores número 2 de Palma declaró al adolescente autor de dos delitos de agresión sexual, uno consumado y el otro intentado. Por ellos, la magistrada le impuso una medida de dos años de internamiento en régimen cerrado y otro año de libertad vigilada. Además, le prohibió acercarse a menos de 500 metros y comunicarse con las dos víctimas durante dos años. La sentencia le absolvió de otro delito de agresión sexual al no considerar probados los hechos.

La abogada del menor presentó un recurso ante la Audiencia Provincial de Palma en el que reclamó la absolución del joven. La defensa sostenía que no había pruebas de cargo suficientes y se había vulnerado su derecho a la presunción de inocencia. Entre sus argumentos, figuraba la supuesta tardanza de las denunciantes en dar a conocer los hechos. Las magistradas de la sección segunda de la Audiencia, que estudiaron el recurso, replican que esta tardanza es "lógica" por el miedo que las dos adolescentes han dicho tener al condenado, atreviéndose a presentar la denuncia solo cuando supieron que había otras víctimas. Las juezas resaltan que no hay indicios de que actuaran con un móvil espurio y que han mantenido sus declaraciones de forma coherente y sin contradicciones durante el proceso judicial. Así, la Audiencia ha desestimado el recurso y ratificado la sentencia.