El agente de la Oficina de Denuncias de la Policía Nacional que atendió el pasado 12 de noviembre a Sacramento Roca consideró que se trataba de un caso de violencia de género y lo derivó a la Unidad de Familia y Mujer (Ufam), el grupo especializado en atender a víctimas de malos tratos. Sin embargo, el policía de este grupo que examinó la denuncia posteriormente descartó este extremo, lo tramitó como una denuncia por daños por los pinchazos en las ruedas del coche de la mujer, y lo envió a un juzgado ordinario. Esta decisión fue determinante para que a Sacramento no se le ofrecieran medidas de protección. La mujer fue asesinada a puñaladas por su expareja cuatro días después, el 16 de noviembre, en la tienda de muebles en la que trabajaba.

Este agente de la Ufam prestó declaración ayer viernes en el marco de la investigación internainvestigación interna que ha abierto la Jefatura. Se le ha abierto un expediente disciplinario, que se ha remitido a la Dirección General de la Policía. Por su parte, el nuevo jefe superior, Gonzalo Espino, que tomará posesión de su cargo el próximo lunes, ya ha anunciado su intención de reestructurar el grupo y sustituir a su jefe.

El pasado 16 de noviembre Sacramento Roca, de 36 años, fue asesinada a puñaladas por su expareja, donde trabajaba como cajera. Tras el crimen se descubrió que la mujer había presentado una denuncia en la Jefatura cuatro días antes. En esta denuncia la mujer relataba la situación que vivía desde hacía un mes, cuando había roto su relación de pareja con Rafael Pantoja. Durante este tiempo había recibido numerosas llamadas y mensajes por parte de su ex. Además había descubierto que habían pegado notas con su teléfono ofreciendo sexo en varias farolas de Palma, y finalmente le habían pinchado las ruedas de su coche. La mujer llegó a decir explícitamente que se sentía acosada por su expareja.

Sin embargo, esta denuncia no se había tramitado como un caso de violencia de género, lo que habría conllevado una valoración de riesgo de la víctima y la puesta en marcha de medidas de protección. Se consideró un delito de daños y llegó a un juzgado ordinario. Una vez allí, los funcionarios judiciales detectaron que sí se trataba de violencia de género por lo que el juzgado se inhibió en favor de uno de los juzgados especializados en violencia contra la mujer, donde llegó el día 15 de noviembre. Desde este juzgado se ordenó a la Ufam que se encargara del caso el día 18. Pero Sacramento Roca había sido asesinada dos días antes.

Tras el crimen, la Jefatura de Policía abrió una investigación interna para aclarar lo ocurrido. En esta información reservada declaró el agente de la Oficina de Denuncias que tomó declaración en primera instancia a la mujer. Este agente había considerado que se trataba de un caso de violencia de género, por lo que remitió directamente la denuncia a la Ufam. Sin embargo, uno de los agentes de este grupo especializado rechazó que fuera de su competencia. Lo consideró un delito de daños, por el pinchazo de las ruedas, y lo envió al juzgado de guardia.

Este agente de la Ufam prestó declaración ayer en el marco de la información reservada. Estas diligencias internas han sido remitidas a la Dirección General de la Policía, en Madrid, que le ha abierto un expediente disciplinario y deberá decidir si se le impone alguna sanción.

Por su parte, el nuevo jefe superior de Policía, el comisario Gonzalo Espino, que tomará posesión de su cargo el próximo lunes, ya ha anunciado su intención de reestructurar la Ufam, lo que conllevará previsiblemente la sustitución del jefe del grupo.