La Policía Nacional no ofreció a Sacramento Roca, la mujer de 36 años que fue asesinada a puñaladas por su expareja Rafael Pantoja el pasado viernes en la tienda de muebles en la que trabajaba en Palma, las medidas de protección que establece el protocolo de violencia de género cuando esta acudió cuatro días antes a la Jefatura a denunciar que le habían pinchado las ruedas del coche le habían pinchado las ruedas del cochey que su excompañero la llevaba sometiendo a una situación de acoso en aumento desde hacía un mes.

Tampoco se realizó una valoración de riesgo de la mujer, como marcan las pautas de actuación. La razón es que la denuncia se tramitó en Policía como si se tratara de un delito de daños intencionados y no se consideró que era un episodio de violencia machista. Por ello, al día siguiente el caso llegó al juzgado de instrucción número 7 de Palma, que ese martes se encontraba en funciones de guardia. Allí se revisó la denuncia y, al detectar elementos de que era un caso de violencia machista, se inhibieron de forma inmediata en favor de un juzgado de violencia sobre la mujer. El jueves llegó el procedimiento al juzgado especializado y el viernes se produjo el asesinato.

Ahora este juzgado de violencia sobre la mujer ha ordenado a la Unidad de Familia y Mujer (Ufam) de la Policía Nacional, los especialistas en casos de maltrato, que investiguen la denuncia de Sacramento Roca. En ella, la víctima relataba que le habían pinchado tres ruedas del coche en el aparcamiento de Conforama, donde trabajaba, y que sospechaba de su expareja, Rafael Pantoja, con el que había cortado hacía un mes.

Además, añadía que el hombre, de 45 años y en prisión provisional desde el lunes por el brutal crimenprisión provisional desde el lunes por el brutal crimen, había colgado carteles con su teléfono ofreciendo sexocarteles con su teléfono ofreciendo sexo, le realizaba constantes llamadas, le enviaba decenas de mensajes a su teléfono, acudía a su puesto de trabajo, le enviaba correos con fotos de ella y de una de sus hijas tachándoles el rostro y contactaba con familiares y compañeros para acercarse a ella. Hasta el punto que la afectada tuvo que bloquear su teléfono móvil.

La denuncia, si hubiera seguido el trámite por violencia machista en Policía, hubiera sido derivada internamente de forma rápida y directa a la Ufam, la unidad de expertos. Si bien no fue hasta ayer, cinco días después del asesinato, cuando les fue remitido el caso por orden del juzgado de violencia sobre la mujer.

La Jefatura Superior de Policía incoó ayer un expediente disciplinario para determinar si hubo algún tipo de negligencia en la tramitación de la denuncia de Sacramento Roca, que fue valorada como un delito de daños en vez de un caso de violencia de género.

La Policía Nacional ha abierto lo que se denomina una "información reservada", que responde a un protocolo establecido. Para ello se ha nombrado instructor a un oficial de Policía, un inspector que no tiene ningún vínculo con el agente ni la oficina que tramitó la denuncia. Este instructor independiente deberá revistar todo el procedimiento que se siguió en el caso. Tiene un plazo de un mes para concluir el expediente.

El protocolo de violencia de género de la Policía establece que en cuanto se tiene conocimiento de un posible caso de violencia machista hay que indagar en antecedentes, valorar la situación de riesgo de la víctima por agentes especializados y ofrecerle medidas de protección, entre otras pautas.