Haojie Sheng, de 25 años, tiene un fuerte dolor de cabeza y oculta su rostro tras unas gafas de sol que cubren los moratones de sus ojos. A pesar del fuerte malestar, este joven chino volvió el sábado a trabajar en el establecimiento familiar de Punta Ballena, en Magaluf, después de recibir una brutal paliza a manos de tres menores británicos el pasado miércoles. Los agresores le acababan de sustraer unas gafas de un expositor y siguieron caminando. Cuando el comerciante les dio alcance, le golpearon con brutalidad.

"Estaba colocando bebidas y hielo en la nevera cuando vi pasar a tres jóvenes. Uno de ellos llevaba un vaso en la mano, cogió varias gafas del expositor y siguió la marcha", explica. Hechos similares le habían ocurrido otras veces en Punta Ballena. Al sorprender a un ladrón, este suelta la mercancía y aprieta el paso.

No fue el caso. Cuando Haojie le dio alcance y le cogió de la camiseta, el turista británico se revolvió furibundo. "Me echó todo el líquido de la bebida en la cara y en los ojos. No podía ver en ese momento. Y me empezó a golpear en la cabeza", indica. "Me caí al suelo", precisa.

Como buenamente pudo, el joven comerciante chino se trató de proteger de la lluvia de golpes que, de repente, le vino encima. "Me puse las manos para protegerme la cabeza. No paré de recibir puñetazos y patadas", recuerda.

También recibió dos fuertes golpes en la parte posterior de la cabeza, que atribuye a los dos amigos del ladrón. La brutal paliza "duró 20 o 30 segundos", recuerda. Su padre, de edad avanzada, acudió en su ayuda, pero también fue apartado y golpeado.

Por fortuna, la brutal agresión al joven comerciante chino de Punta Ballena no pasó inadvertida a los vigilantes de seguridad del Crystal Bar, situado justo enfrente de su comercio. "Si no llegan a actuar, no sé qué habría pasado", subraya cariacontecido.

Actuación providencial

Su llegada resultó providencial. Habían visto la agresión al comerciante desde su local y acudieron en su auxilio sin vacilar. Sujetaron a los ladrones hasta la llegada de los efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Local de Calvià. Los agentes del Instituto Armado detuvieron a los tres agresores por un delito de robo con violencia. Las asistencias sanitarias del Ib-salut atendieron a Haojie Sheng y lo trasladaron a Son Espases. Tras realizarle un TAC, permaneció una noche ingresado en observación.

"Pensé que no lo contaba. En cuatro años que llevo trabajando en Magaluf no me había pasado nunca nada igual", apostilla Haojie Shang desde Punta Ballena.