El abuelo acusado de abusar y violar a su nieta: "Se lo ha inventado todo la niña"

Un abuelo acusado de abusar y violar a su nieta en la isla entre 2006 y 2012, cuando la niña contaba entre cinco y diez años, negó ayer tajantemente los cargos durante el juicio en la Audiencia de Palma. El acusado, español de 70 años que se enfrenta a una petición de pena de 15 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual por parte de la fiscalía, destacó ante la sala que todo es "totalmente falso". Según apuntó, "se lo ha inventado todo la niña".

El sospechoso reconoció que algunos fines de semana veía a su nieta cuando su hijo disfrutaba del régimen de visitas con la menor al estar separado. "Nunca le he hecho tocamientos. Nunca ha venido conmigo sola en mi furgoneta y jamás ha dormido conmigo", detalló ante el tribunal de la sección primera.

El septuagenario recordó que la niña se llevaba muy bien con él. "Solo que yo era muy riguroso. Ella era muy manipuladora y hacía con su padre lo que quería. Yo eso no se lo permitía, no se lo consentía", puntualizó. "La imaginación de la niña es muy extensa", añadió.

El acusado también negó otros episodios de abusos en una barca que tenía amarrada en Palma. "Eso es falso, no hay ningún camarote", precisó. El hombre insistió en que nunca se quedaba a solas con la niña y tampoco la duchaba y la lavaba. Además, aseguró que tenía problemas de disfunción eréctil desde que en 2000 tuvo una angina de pecho, por lo que tomaba medicación debido a una patología cardiovascular.

Mientras, la víctima, que aún es menor, relató varios episodios de abusos sexuales en domicilios de familiares y en la barca del abuelo en los que el sospechoso la sometía a tocamientos íntimos, la besaba y la desnudaba. La perjudicada explicó que su abuelo aprovechaba los momentos en los que ambos estaban a solas para acariciarla. Según su versión, estos hechos se repitieron durante varios años desde que ella tenía cinco años. Una vez, cuando se hallaban en la barca, él le dijo que si contaba lo ocurrido, a él lo meterían en la cárcel y a ella en un centro de menores o un internado y la castigarían, según manifestó. "Yo me sentía culpable, no podía decirlo. Tenía entonces unos ocho años", recordó. En otra ocasión, según relató, su abuelo le puso la televisión cuando cenaban y dejó un canal en el que hacían porno.

La menor indicó que el acusado la intentó forzar en más de una ocasión. Luego, estaba dolorida. "Con nueve años me di cuenta de que lo que él me hacía no era normal. Entonces, me apartaba de él", aseguró. "Un día exploté, me quería tirar por la escalera, me quería morir, me quería clavar un cuchillo y expliqué lo ocurrido".