La Audiencia de Palma ha condenado a un hombre a cuatro años de prisión por reiterados abusos sexuales a su hijastra discapacitada psíquica desde los 14 a los 19 años en la isla. El sospechoso, español de 51 años, aceptó ayer la pena ante la sala y reconoció que mantuvo diversas prácticas sexuales con la víctima entre 2006 y 2011, aprovechándose de que se encargaba de su cuidado, ya que la madre de la menor había fallecido en 2005.

El presidente del tribunal de la sección primera dictó sentencia 'in voce' contra el encausado por un delito continuado de abuso sexual. Además de los cuatro años de cárcel, el magistrado también le impuso la prohibición de aproximarse a una distancia inferior a 300 metros y comunicarse con la perjudicada por un periodo de siete años.

La fiscalía solicitaba inicialmente para el sospechoso una pena de diez años de prisión, pero ayer rebajó sustancialmente su solicitud a cuatro años al apreciar la circunstancia atenuante de reparación del daño como muy cualificada, ya que el hombre ya consignó prácticamente la totalidad de la indemnización de 1.200 euros en favor de la perjudicada antes de la vista oral.

El fiscal destacó que valoraba el esfuerzo del encausado para pagar la responsabilidad civil antes de la celebración del juicio. Por ello, consideró que concurría esta circunstancia atenuante como muy cualificada. Precisamente, la sala suspendió la vista oral el pasado miércoles y la pospuso para ayer para que el hombre pudiera reunir el dinero y pagar.

Sentencia firme

La sentencia dictada ayer es firme, por lo que el acusado, que no ha estado privado de libertad por esta causa, debía ingresar en la prisión de Palma en breve, previsiblemente ayer mismo para cumplir la condena.

El hombre se encargaba de cuidar a la hija de su pareja, una vez esta falleció en 2005. Según la versión del ministerio público, el sospechoso ejercía en calidad de guardador de hecho. Así, a partir de 2006, cuando la menor contaba 14 años y hasta 2011, con 19, una vez la víctima ya había alcanzado la mayoría de edad, el padrastro abusó de ella, la sometió a tocamientos íntimos y la obligó a mantener varias prácticas sexuales. Estos actos tuvieron lugar de manera constante y continuada, según la acusación pública. El hombre obligaba a su hijastra a que le tocara los genitales y le exhibía vídeos pornográficos, que miraban los dos juntos.

La perjudicada, que tiene diagnosticada una discapacidad psíquica del 36 por ciento, accedía a estos actos contra su voluntad por temor a que el acusado la echara del domicilio.

En 2011, la víctima ingresó en un centro especializado para personas discapacitadas durante cuatro meses. Tras este periodo, regresó a la vivienda del encausado, en una localidad a las afueras de Manacor, donde los abusos se reanudaron por parte del imputado hasta marzo de 2012, siendo su hijastra ya mayor de edad.