La perjudicada que sufrió abusos sexuales por parte de su padrastro y cuidador durante más de cinco años en la isla tiene diagnosticada una discapacidad psíquica del 36 por ciento. El hombre presuntamente se aprovechó de esta circunstancia para someter a tocamientos reiterados a la menor y obligarla a mantener diversas prácticas sexuales desde los 14 a los 19 años. Además, el sospechoso, que carece de antecedentes penales, ejercía en calidad de guardador de la víctima y se encargaba de sus cuidados, ya que la madre de la afectada falleció en 2005. Fue precisamente un año después, a partir de 2006, cuando la menor contaba 14 años, cuando se sucedieron los abusos y se prolongaron hasta 2011. Según la versión del ministerio público, la afectada accedía a las prácticas sexuales contra su voluntad ante el temor de que el padrastro la echara de la vivienda. Cuando alcanzó la mayoría de edad, los tocamientos y actos sexuales continuaron en el domicilio del sospechoso en la zona del Llevant de la isla. Ayer por la mañana, no fue necesario que la víctima declarara en la vista oral, ya que el hombre aceptó la pena y reconoció los hechos.