Tras las dudas iniciales, la Policía ha confirmado que el indigente cuyo cadáver apareció el sábado en un bosque de Son Rapinya, en Palma, murió acuchillado. Los investigadores descubrieron que el cuerpo presentaba al menos dos heridas de arma blanca y sospechan que la víctima, un polaco de unos 45 años todavía sin identificar plenamente, falleció durante una pelea. Las pesquisas se centran en localizar a otro ´sin techo´ que se había instalado hace unas semanas, al parecer en una tienda de campaña, a pocos metros de la chabola donde malvivía la víctima. Su testimonio podría resultar clave para resolver el caso.

A la espera de los resultados definitivos de la autopsia, las investigaciones apuntan a que el indigente polaco murió a mediados de la semana pasada. El cuerpo, localizado el sábado a las cinco de la tarde por un ciudadano que paseaba por el bosque, estaba cubierto con cartones y tablas y solo se le veía una pierna. La Policía Científica, los agentes del grupo de Homicidios y la forense no apreciaron en principio signos evidentes de violencia. Pero cuando examinaron a conciencia el cuerpo descubrieron al menos dos heridas de arma blanca.

Los policías examinaron minuciosamente la escena, que ayer continuaba precintada, y rastrearon los alrededores en busca del arma homicida sin éxito. Con la investigación todavía en fase inicial, los agentes encargados del caso se centran en localizar a las personas con las que la víctima solía relacionarse.

Tras el hallazgo del cadáver, la Policía preguntó a los vecinos de la zona en busca de pistas. Uno de los testimonios más valiosos es el de un indigente que vive desde hace casi una década en el mismo bosque, en una amplia cabaña de madera construida por él mismo y que conoce bien a todos aquellos que se mueven por la zona, donde se refugian varios ´sin techo´. Los investigadores han constatado que la víctima llevaba alrededor de un año instalada en la chabola donde fue hallada muerta, donde vivía con un perro. Hace algunas semanas apareció por allí un indigente que se instaló, según algunas fuentes en compañía de una mujer, en una tienda de campaña a pocos metros del chamizo de la víctima. Esta persona desapareció del lugar hace unos días y la Policía se ha centrado en intentar dar con ella, ya que creen que puede aportar información fundamental para aclarar lo ocurrido.

Los investigadores confían también en que el análisis de las muestras recogidas en el lugar del crimen -una bicicleta, dos persianas de madera, unos fogones y varios botes, entre otros efectos- impulsen las pesquisas. La zona del bosque de Son Rapinya donde apareció el cadáver continuaba ayer precintada por la Policía, que durante toda la tarde del sábado inspeccionó el lugar a conciencia.

Una vecina, residente en la cercana possessió de Son Puigdorfila Nou, a apenas cien metros del lugar donde fue hallado muerto el indigente, aseguró que son varios los ´sin techo´ que se han instalado en esa zona. "No dan problemas. Nunca hemos oído ni peleas ni nada parecido", explicó la mujer, que aseguraba estar "inquieta" por lo ocurrido.