Las educadoras de la guardería fueron muy claras durante el juicio. "Una compañera me dijo que observara la situación. Él jugaba en los columpios. Me fijé y todo el tiempo cogía a la niña de forma inadecuada. La sujetaba por el pecho y en otras ocasiones también por los genitales. Luego, cambió de escenario y fue hacia el tobogán porque se sintió observado, creo", explicó una de las profesoras. "Le dije que la dejara jugar sola, pero él no me hizo caso. Luego, cuando llegó la madre, ya se separó, cambió de repente y ya no se acercó más a ella", agregó la testigo. "Fue una cosa inusual", concluyó. Otra compañera de la maestra coincidió: "Me llamó la atención cómo jugaba y cómo tocaba a la niña en el patio. A esa edad, no es necesario ni darles la mano cuando están en la rueda porque los niños son autónomos. Él la cogía de la entrepierna y otras veces de las axilas y el pecho. Se puso rojo cuando le mirábamos", detalló. "Y cuando llegó la madre, él dejó de jugar con la menor", recalcó. Una tercer testigo, también educadora de la 'escoleta' de Palma, manifestó que le pareció "muy extraño" el comportamiento del sospechoso porque él la cogía y la sujetaba para subirla al columpio cuando en realidad no hacía falta. El hombre negó en rotundo haber tocado la zona genital a la pequeña. "Es imposible que la cogiera de la entrepierna", aseguró el acusado ayer ante la sala.