"No tiene una enfermedad mental. Acepta los hechos y se muestra coherente". Con estas palabras, varios psiquiatras forenses rebatieron ayer, ante el tribunal del jurado de la Audiencia Provincial, el argumento del acusado del crimen de Margalida Perelló en Artà de que se encontraba sumido en una profunda depresión en el momento de los hechos. Únicamente un especialista, a instancia de la defensa, abundó en la hipótesis de que el procesado tenía su "voluntad menoscabada".

La segunda sesión del juicio con jurado por el crimen de Artà recogió ayer la práctica de la prueba pericial. En primer lugar, tres psiquiatras comparecieron en la sala. Una facultativa hizo hincapié en el hecho de que el procesado "no tenía antecedentes de haberse sometido a ningún tratamiento psiquiátrico ni psicológico", puntualizó.

La especialista fue contundente a la hora de exponer las conclusiones de su diagnóstico del acusado en la sala. "No presenta alteraciones psicóticas, ni trastornos de esquizofrenia ni depresivos".

Joan B.P., el acusado de matar a su exmujer a cuchilladas en su domicilio de Artà, insistió durante su intervención en el juicio, el pasado lunes, en que el 1 de febrero de 2013 estaba sumido en una profunda depresión que supuestamente la había llevado a acabar con la vida de Margalida Perelló, de 50 años, a cuchilladas.

La psiquiatra incidió en que, tras examinar al acusado, solo apreció "un cuadro depresivo reactivo", que le habría aflorado tras cometer el crimen . "Es de carácter leve y tiene fácil tratamiento, pero no padece ningún trastorno depresivo", abundó.

En este sentido, un psiquiatra forense del hospital Son Llàtzer coincidió en la valoración del acusado de su colega. "No tiene ninguna patología psiquiátrica", concluyó.

No obstante, este especialista se mostró muy contundente en su exposición al afirmar que el procesado "miente en bastantes cosas". También hizo hincapié en la "falta de colaboración del paciente".

Así, el facultativo indicó que el encausado habría hecho gala de una supuesta amnesia selectiva a la hora de relatar los hechos. "En cuatro relatos situaba estos olvidos en momentos diferentes".

Por el contrario, otro psiquiatra, presentado por la defensa del procesado, expuso que Joan B.P. tenía "un trastorno depresivo no tratado". "Se inicia en noviembre, empeora en diciembre y se agudiza en enero", precisó. El especialista indicó que el acusado "tenía un alto nivel de desesperanza".

Previamente, dos médicos forenses expusieron la brutalidad que utilizó Joan B.P. para acabar con la vida de su exmujer. "Tenía 16 heridas de arma blanca. Las más estrechas estaban bajo las clavículas. Las otras le alcanzaron al tórax. Le afectaron el corazón y el pulmón".

El facultativo señaló que las heridas que presentaba la victima eran compatibles con "la situación de alguien que no se puede mover, que está acorralada, mientras le asestan las puñaladas", indicó.

Margalida Perelló tenía las denominadas heridas de defensa, al interponer un brazo para tratar de parar las cuchilladas. "Se trata de una protección pasiva. No hay señales que hubiera un intento de fuga", señaló el especialista.