Un hombre de 44 años interpuso una denuncia por un supuesto robo con fuerza en su domicilio de Can Pastilla. La queja tuvo un efecto bumerán y se le volvió en contra. Cuando los policías entraron en su vivienda se encontraron en una habitación una plantación de marihuana de grandes dimensiones. Fue detenido por un presunto delito contra la salud pública.

Los hechos ocurrieron sobre las nueve de la noche en un domicilio de la calle Tito Livio de Can Pastilla. Un hombre denunció que acababa de ser víctima de un robo con fuerza en su domicilio.

Una patrulla de la Policía Local de Palma se desplazó en primera instancia hasta el lugar para averiguar qué era lo que había sucedido. Cuando los agentes acudieron hasta la vivienda de Can Pastilla no fue el presunto robo con fuerza lo que les llamó la atención. Los funcionarios descubrieron en una de las habitaciones del inmueble una plantación de marihuana.

Las plantas de cannabis sativa contaban con todo tipo de elementos y facilidades para procurarles un rápido crecimiento. Además de todo tipo de fertilizantes, el propietario había dispuesto todo un sofisticado sistema de goteo, ventilación y calefacción para fabricarle a la marihuana el hábitat idóneo.

A continuación, los agentes de la Policía Local comunicaron el hallazgo a sus homólogos de la Policía Nacional para que se hicieran cargo del caso. Una patrulla de estos últimos se desplazó hasta el domicilio de la calle Tito Livio para averiguar el verdadero alcance de la plantación.

Caros artilugios

Cuando los agentes del Cuerpo Nacional de Policía irrumpieron en el inmueble de Can Pastilla comprobaron que el volumen de las plantas de marihuana y todo el despliegue de caros artilugios dispuestos en torno a ellas lo hacían compatible con un presunto delito contra la salud pública.

El residente en el domicilio intentó como buenamente pudo justificar la tenencia de esta importante plantación de marihuana en su domicilio. Así, el sujeto reconoció que todas las plantas que allí se encontraban eran de su propiedad. No obstante, el hombre argumentó que el motivo de su cultivo a gran escala respondía a "consumo propio".

Esta excusa no convenció lo más mínimo a los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía. Ni el volumen de la plantación, con 38 plantas de marihuana de gran tamaño en una habitación, ni el despliegue de caros aparatos desplegados para su crecimientos hacían sostenible su versión.

Una vez que los agentes le comunicaron que iba a ser detenido por un delito contra la salud pública y que sus 38 plantas iban a ser confiscadas, el dueño no ocultó su contrariedad. "¡Con el esfuerzo que me ha costado!", protestó.