La Policía Nacional ha arrestado esta semana a una mujer que regenta un ´grow shop´ en la isla, una tienda dedicada a la comercialización de semillas y derivados del cannabis, por presuntamente vender hongos alucinógenos que causaron graves secuelas a una adolescente de 16 años durante una fiesta. La detenida, a quien los agentes imputaron inicialmente un delito contra la salud pública y otro de lesiones imprudentes, quedó ayer al mediodía en libertad por orden judicial.

La mujer negó de forma tajante haber vendido trufas alucinógenas a menores en su establecimiento y señaló que siempre pide el DNI a los jóvenes clientes que acuden a su local a comprar semillas de marihuana y este tipo de setas. Según su versión, la venta de trufas alucinógenas es legal en España, ya que no están consideradas como una droga. La imputada, a través de su abogado defensor, argumentó que estos hongos no están fiscalizados como sustancia estupefaciente.

La víctima, una adolescente de 16 años, lleva varios meses con delirios y está ingresada en la unidad de Psiquiatría de un centro médico. Los hechos se iniciaron el pasado mes de agosto cuando la afectada, junto con sus amigos de una escuela privada, acudieron a una gran fiesta que se celebraba en un domicilio. Allí, presuntamente consumieron las trufas alucinógenas. La cita fue muy concurrida, ya que incluso se publicó por las redes sociales, por Internet.

Semanas después, a mediados de septiembre de este año, los hechos fueron denunciados y la Policía Nacional empezó con las pesquisas. El Grupo de Homicidios tomó declaración a varios de los asistentes a la fiesta, muchos de ellos menores. Los adolescentes que solo tomaron las setas dijeron que tuvieron alucinaciones transitorias, pero luego se recuperaron. Ninguno resultó intoxicado grave, salvo la víctima. Un juzgado de instrucción de Palma también abrió diligencias para aclarar lo ocurrido.

La menor perjudicada presenta un grave cuadro psiquiátrico con delirios de grandeza y pensamientos megalómanos. Según los especialistas, dice incoherencias y cree que su padre es Dios y ella es una "Illuminati".

La responsable del ´grow shop´ rechazó ayer que los hongos produzcan estos efectos tan graves y prolongados en el tiempo, a no ser que se mezclen con otras sustancias nocivas. La Policía indaga si hubo un consumo conjunto de las trufas con otras drogas como éxtasis, hachís, cocaína y alcohol, así como si la chica tomaba estupefacientes con anterioridad.

La imputada manifestó que lleva dos años comercializando estas setas que tienen una gran demanda entre la clientela y nunca han causado ningún problema. Según alegó, las trufas proceden de Holanda y cuenta con los permisos del proveedor para su distribución. La mujer solo recordó un incidente de un joven que le dijo que una familiar estaba mal al haber fumado un incienso que le vendió que era solo para oler.