Antonio L.P., el joven de 20 años que ha admitido esta semana durante el juicio haber matado a su madre en Palma, volverá a sentarse en el banquillo a finales de mes. Esta vez será por haber simulado que fue secuestrado y torturado por familiares de su exnovia días después de ser denunciado por malos tratos.

Dos meses antes de matarla, Antonio L.P. llamó por teléfono a su madre con la voz entrecortada y entre sollozos. Le contó que había sido secuestrado por unos hombres, que tras drogarlo en plena calle lo metieron en una furgoneta y lo torturaron. El joven recibió cinco puntos de sutura y denunció lo ocurrido ante la Policía. Antonio L.P. dijo sospechar de la familia de su exnovia, con quien tiene una hija en común. La Policía descubrió que todo era falso y él acabó reconociendo que se había autolesionado para dar credibilidad a su historia, en un intento de vengarse de su excompañera.

El 3 de diciembre de 2012, la expareja de Antonio L.P. acudió a un juzgado de violencia sobre la mujer de Palma. La joven relató los malos tratos que había sufrido durante sus casi dos años de relación, concluida en octubre. Según denunció, la tiró contra una estantería y le dio puñetazos en la barriga cuando estaba embarazada, le clavó unas tijeras en el brazo y le destrozó teléfonos y ordenadores por hablar con otros chicos. La joven aseguró que los malos tratos y la humillaciones eran constantes y reclamó una orden de alejamiento.

El juzgado citó a Antonio L.P. como acusado una semana después, el 10 de diciembre. Tras negar los hechos ante el magistrado, que archivó el caso, supuestamente ideó un plan para vengarse de la denunciante. Ese mismo día se provocó tres profundos cortes en los muslos con una cuchilla de afeitar y afirmó que había sido secuestrado y torturado. Según la versión que ofreció a su madre primero y a la Policía después, dos hombres lo habían abordado por la espalda cuando caminaba por la calle Hiroshima de Palma. Los asaltantes le taparon la nariz y la boca con un pañuelo impregnado de cloroformo, dejándolo inconsciente. Cuando despertó estaba atado dentro de una furgoneta, donde le enseñaron unas fotografías suyas para demostrarle que lo estaban vigilando y amenazaron con cortarle los genitales, aunque finalmente solo le hirieron en los muslos. "Ya sabes de parte de quién venimos, en cinco días estarás muerto", aseguró que le habían dicho los secuestradores antes de dejarle marchar.

El grupo de Atracos de la Policía Nacional abrió una investigación para aclarar lo ocurrido y llegó a la conclusión de que todo era falso. Los agentes interrogaron de nuevo a Antonio L.P. el 31 de enero y el chico se derrumbó, reconociendo que había mentido y admitiendo que se autolesionó para dar credibilidad a lo que contaba. Justo un mes después mató a su madre a golpes de mancuerna.

La fiscalía le considera autor de un delito de simulación de delito por haber mentido a la Policía para vengarse de su exnovia, por el que reclama que pague una multa. Está previsto que el juicio por estos hechos se celebre a finales de mes en un juzgado de lo penal de Palma.