Tres guardias civiles resultaron quemados, dos de ellos de carácter grave, en una deflagración accidental ocurrida ayer cuando repostaban gasolina en una zódiac de la Benemérita, con la que acababan de llegar desde Cabrera. Los dos heridos más graves fueron evacuados a Son Espases, y ayer mismo por la tarde trasladados en avión-ambulancia al departamento de Grandes Quemados del hospital barcelonés de Vall d´Hebron. Aunque sufrían lesiones muy severas, en principio no se temía por sus vidas.

El accidente, según informaron fuentes de la Guardia Civil y el 061, ocurrió sobre las once menos cuarto de la mañana, junto a la gasolinera del puerto de la Colònia de Sant Jordi. Una embarcación zódiac del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, con tres guardias a bordo, acababa de regresar de Cabrera, tras ser relevados después de permanecer de guardia en la isla.

Los tripulantes se dispusieron a repostar carburante. Fue entonces cuando, según los primeros indicios, se produjo un cortocircuito que encendió los vapores del carburante que al parecer se habían acumulado en la sentina.

Se produjo entonces una deflagración, una violenta llamarada que alcanzó de lleno a dos de los agentes y en menor medida al tercero. Algunos testigos indicaron que para huir del fuego los guardias se arrojaron al mar. Varias personas que había en el lugar fueron en su ayuda y ayudaron a apagar los restos del fuego con una manguera.

De inmediato se percataron de que las lesiones que sufrían eran muy graves, por lo se solicitó la asistencia urgente de varias ambulancias. El 061 movilizó sendas UVIs móviles desde Palma y Manacor, así como otra ambulancia con el médico de guardia del centro de salud de Campos.

Los equipos sanitarios confirmaron la gravedad de las lesiones de dos de los heridos, por lo que les sedaron y, una vez estabilizados, les trasladaron al hospital de Son Espases. Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico pusieron en marcha una "alerta verde", y fueron abriendo camino a las ambulancias para agilizar el trayecto hasta el hospital.

Una vez en el centro sanitario de Palma se confirmó la gravedad de las lesiones que sufrían. Uno de ellos, de 40 años, sufría quemaduras de segundo grado en el 55 por ciento de su cuerpo. El otro, de 30, tenía lesiones también de segundo grado en el 30 por ciento.

El jefe de la Guardia Civil de Balears, el coronel Jaime Barceló, acudió al hospital para interesarse por el estado de los agentes.

Mientras tanto, los médicos que les atendieron consideraron conveniente que fueran atendidos en el centro de Grandes Quemados del hospital Vall d´Hebron de Barcelona. Un avión-ambulancia les trasladó a la capital catalana a partir de las cuatro de la tarde.

El tercer guardia herido, un 49 años, presentaba lesiones más leves y no tuvo que ser hospitalizado. Fue atendido en el centro de salud de la localidad de quemaduras de segundo grado, que le habían afectado al seis por ciento de su superficie corporal. Posteriormente, con apósitos que le cubrían la pierna, la mano, un brazo y la parte posterior de la cabeza, regresó al lugar del accidente y participó en la inspección ocular que sus compañeros realizaron en el lugar.

Los guardias civiles abrieron una investigación para tratar de determinar las circunstancias del siniestro.

La gasolinera del puerto es un lugar muy frecuentado en verano, por los tripulantes de las numerosas barcas que se concentran en la Colònia y los paseantes. "Nunca había pasado algo así antes", explicaban dos de los testigos, Claudio Malzone y Elías Guennour, que destacaban lo importante que es revisar los depósitos de las embarcaciones para evitar esta clase de siniestros.