La trama de falsos instaladores de gas desarticulada convirtió este fraude en un suculento negocio. La estafa alcanzó un montante de cuatro millones de euros y el número de víctimas se calcula que ronda las 5.000 personas.

La Guardia Civil ha detenido a 26 personas en toda España en esta red de estafadores de ámbito nacional por los presuntos delitos de estafa, blanqueo de capitales, intrusismo y usurpación de funciones. La inmensa mayoría, 17, fue arrestada en Balears. La titular del juzgado de instrucción número cuatro de Palma ordenó el pasado viernes el ingreso en prisión de 14 de ellos y los otros tres quedaron en libertad con cargos.

Asimismo, otros tres implicados en esta organización fueron arrestados en Alicante, dos en Madrid, y cuatro en Málaga. También fueron imputadas otras dos como integrantes de esta banda.

El ´modus operandi´ de falsos instaladores de gas consistía en citarse por teléfono con las personas a estafar. Les convencían de que tenían realizar una revisión de la instalación, aunque esta no es obligatoria. El perfil de su víctima siempre era muy similar. Eran de edad avanzada o de nacionalidad extranjera.

Una vez personados en el domicilio, los falsos instaladores detectaban averías inexistentes. La reparación la presupuestaban inicialmente en unos 50 euros para ganarse la confianza de la víctima. Luego iban subiendo gradualmente el importe al tiempo que iban añadiendo otros supuestos problemas que iban surgiendo. Como colofón, le cargaban al usuario un precio desorbitado de las piezas necesarias, y la visita podría llegar a alcanzar una suma de 1.200 euros.

Cuando los estafadores detectaban que la víctima tenía un poder adquisitivo más elevado, los falsos instaladores no tenían reparos en volver al domicilio y repetir la misma operación. Luego les cobraban otros 1.200 euros por la reparación de la avería simulada.

Al constatar la existencia de una posible organización relacionada con estos falsos instaladores de gas, la Guardia Civil activó la denominada ´Operación CH4´, en alusión al metano. El epicentro de esta banda se encontraba en Mallorca -Palma e Inca principalmente-, aunque también detectaron numerosas ramificaciones a nivel nacional.

´Operación CH4´

En Balears, los miembros de la banda se habían especializado en desvalijar los bolsillos de las víctimas que reunían los dos principales requisitos que buscaban: de edad avanzada y nacionalidad extranjera. Numerosos alemanes, británicos y holandeses residentes en la isla sufrieron los estragos causados por esta organización de estafadores.

La Guardia Civil efectuó numerosos registros en las oficinas y domicilios de los miembros de esta organización, supervisados en Palma por el juzgado de instrucción número 11. Los agentes del Instituto Armado intervinieron abundante documentación incriminatoria de las turbias actividades de esta trama.

Asimismo, los agentes intervinieron ocho viviendas, 25 vehículos de alta gama, dos motocicletas de gran cilindrada y numerosas cuentas corrientes. Todo este montante, valorado en cuatro millones de euros, habría sido adquirido con el dinero estafado con las falsas revisiones.