El acusado del crimen de Rafel Miralles Vich se tomó una copa de hierbas ante el cuerpo inerte del joven. A sus pies yacía el cadáver del joven. La víctima presentaba una puñalada en el pecho y ocho en la espalda. El cuchillo lo tenía clavado hasta la empuñadura. Marcos F.P. se comportó con suma frialdad y reconoció entonces sin ambages la autoría del crimen. Ante la juez de guardia, en cambio, el asesino confeso matizó notoriamente sus palabras. "No me acuerdo de lo que ocurrió. Solo me vienen flashes a la cabeza. Si yo era la única persona que estaba con él, le habré matado", apuntó.

El fiscal pidió que el detenido por el crimen del joven de Montuïri fuera acusado de un delito de asesinato. La jueza de guardia, por su parte, rebajó la solicitud a una imputación de un delito de homicidio. Aunque dejó la puerta abierta a una modificación de la calificación a medida que avance la instrucción del caso.