Ismael B.L., el joven encarcelado por arrollar mortalmente a un motorista y herir a otro el pasado domingo en la carretera vieja de Sineu, ya causó un accidente mortal hace ocho años. En aquella ocasión volcó con su turismo y acabó estrellándose contra un árbol en la autopista de Llucmajor. El chico que viajaba como copiloto, un amigo suyo de 19 años, murió en el acto. La Guardia Civil atribuyó el siniestro a que el acusado había consumido bebidas alcohólicas y al exceso de velocidad.

El siniestro ocurrió, según consta en el atestado del instituto armado, pasadas las cinco de la madrugada del 18 de diciembre de 2005 en el kilómetro 3 de la autopista de Llucmajor. Ismael B.L., que tenía entonces 20 años, iba al volante de un Seat Ibiza acompañado de Ángel G.H., un amigo con el que había estado de fiesta esa noche. El coche cambió de carril para incorporarse a la Vía de Cintura "a una velocidad inadecuada" y acabó perdiendo el control al frenar de manera brusca. El turismo chocó contra una barrera lateral, salió despedido 16 metros, se estrelló contra un pino y quedó volcado.

El copiloto, de 19 años, murió prácticamente en el acto y el conductor fue trasladado en estado grave a Son Llàtzer tras ser rescatado por los Bombers de Palma. Los médicos que atendieron a Ismael B.L. le extrajeron sangre para realizar una prueba de alcoholemia, cuyo resultado fue positivo, de acuerdo con la investigación de la Guardia Civil.

El acusado arrastra además varios antecedentes por delitos contra la seguridad. En una ocasión se dio a la fuga tras provocar un accidente de tráfico y en otra fue arrestado por un delito de conducción temeraria. El año pasado fue condenado en firme por un delito contra la seguridad tras ser sorprendido cuando circulaba bajo la influencia de bebidas alcohólicas. La sentencia supuso la retirada del carné de conducir, que había recuperado hace poco.

El pasado domingo, hacia las seis menos cuarto de la madrugada, Ismael B.L. circulaba en su Citroën Xsara por la carretera vieja de Sineu. A la altura del kilómetro 1,8 arrolló a dos motoristas que estaban parados en el arcén porque uno de ellos había sufrido una avería. Una de las víctimas, Raúl G.H., de 32 años, falleció en el acto al atravesar el parabrisas del automóvil y quedar atrapado en su interior, mientras el otro, de 30, quedó malherido sobre el asfalto.

El acusado se apeó y huyó a la carrera, abandonando allí su coche. La Guardia Civil de Tráfico logró localizarlo y detenerlo pocas horas después. Los agentes comprobaron que, aunque había consumido alcohol, su tasa estaba dentro de los límites legales. Las pruebas a las que fue sometido revelaron que también había tomado cocaína. Según la investigación, el consumo de estas drogas provocó que tuviera sus facultades mermadas y propiciaron el accidente. El joven ingresó el lunes en prisión por homicidio y lesiones imprudentes. Aunque en un principio se le acusaba también de omisión del deber de socorro, la fiscalía retiró este cargo porque pidió ayuda antes de huir.