­"La colmena trampa estaba en un paraje abierto y sin maleza, sobre un terreno calizo y no había hojarasca en el suelo", comentó ayer en la primera sesión del juicio Martín Candioti, el apicultor acusado de provocar por una imprudencia grave el gran incendio que arrasó en mayo de 2011 unas 1.576 hectáreas de masa forestal, la mayoría de ellas de especial protección en las montañas de Morna y Sant Joan, en Eivissa.

Candioti, hispano-argentino de 53 años, negó toda responsabilidad en el origen del incendio, el más grande de la historia de la isla. "Me cercioré de que no había nada ardiendo, creo que habría notado si se hubiese escapado alguna chispa o pavesa, los apicultores estamos muy pendientes de la seguridad", añadió Candioti, que declaró durante casi una hora.

El acusado, que se enfrenta a una condena de 11 años de prisión, estuvo muy tranquilo en la primera parte del interrogatorio, hasta que la presidenta del tribunal, Francisca Ramis, le sometió a una intensa batería de preguntas que le puso contra las cuerdas. La magistrada de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Balears consiguió que Candioti reconociese que el 25 de mayo de 2011 a las diez de la mañana encendió un ahumador para trabajar en una colmena en una ladera de la zona sur del Puig de sa Savina sin adoptar muchas medidas de seguridad. El encausado explicó que no llevó agua porque la colmena trampa, que había colocado hacía dos meses, tenía abejas solo desde el día anterior, y no consideró necesarias tantas precauciones.

Candioti apuntó que estuvo durante cerca de un cuarto de hora en la colmena, que encendió el ahumador con un mechero, que llevaba pinzas para coger los panales y que se protegió con una careta. Reconoció que en algunos momentos, mientras trabajaba y observaba el trabajo de las abejas, dejó el ahumador sobre una roca. Después, se marchó a casa.

Se enteró en la cárcel

"Ayudé a los forestales a acceder a la zona de monte que estaba en llamas y traté de colaborar. No sabía que el 25 de mayo estaba comprendido en el periodo de grave peligro de incendios forestales", añadió Candioti, que se enteró de la magnitud del siniestro en la cárcel. "He visitado la zona varias veces y me produce mucho dolor, la primera semana en prisión la pasé en un llanto", concluyó Candioti, que estuvo acompañado en la en la sala por una veintena de amigos.