La Audiencia de Palma juzgará a partir del lunes a cuatro guardias civiles por supuestas torturas y lesiones causadas a dos detenidos en los calabozos del cuartel de Palmanova, en el municipio mallorquín de Calvià, en 2009, tras un incidente en un pub en el que uno de los detenidos pegó a un agente.

Este juicio se tenía que haber celebrado el pasado 5 de marzo, aunque fue aplazado.

La Fiscalía pide una pena de 16 años de cárcel por dos delitos de torturas graves y dos de lesiones para un sargento de la Guardia Civil por estos hechos ocurridos en noviembre de 2009.

Para los otros tres agentes, todos ellos destinados por entonces en el área de investigación del cuartel de la Guardia Civil de Palmanova, solicita 11 años de prisión.

Según la Fiscalía, la supuesta agresión se produjo a raíz de la detención de un ciudadano inglés y su acompañante, después de que ambos se involucraran en una trifulca en un pub de Palmanova.

En el incidente, el británico golpeó en la cara a un sargento de la Guardia Civil, que cayó al suelo y perdió el conocimiento.

El ministerio público recoge en su escrito que los acusados se pusieron de acuerdo para reprender y escarmentar al agresor por la pelea y por la actitud que mantuvo hacia los agentes, de modo que durante la madrugada y la tarde siguiente entraron varias veces en su calabozo para agredirle y amedrentarle, algo que también hicieron con el otro detenido.

Según el escrito de acusación, el hombre que había pegado al guardia civil fue a su vez golpeado al menos en cuatro ocasiones estando detenido.

Le dieron puñetazos y golpearon con una porra, usando uno de sus propios zapatos y restregándole un bocadillo por la cara. También hicieron que se desnudara, golpearon los genitales y amenazaron con romper sus piernas y brazos si denunciaba lo ocurrido.

El acompañante que también estuvo detenido, fue víctima de agresiones del mismo tipo y golpeado con los puños y con zapatos.

Ambos sufrieron múltiples lesiones de las que tardaron unos 60 días en curar y en el caso del británico fue víctima de un cuadro de estrés agudo con transtorno postraumático.

Además de las penas de prisión para los cuatro agentes, la Fiscalía pide 20 años de inhabilitación absoluta para el sargento y 16 para los guardias, así como que abonen una indemnización conjunta y solidaria de 7.200 euros a la principal víctima 4.400 euros para el otro hombre.

El fiscal solicita que el Ministerio del Interior sea responsable subsidiario de dichas indemnizaciones.

La sección de refuerzo de la Audiencia de Palma celebrará el juicio el lunes y martes, a partir de las 10.00 horas.