La Policía Local detuvo ayer a dos jóvenes ebrios que corrían carreras ilegales con sus coches a gran velocidad por el centro de Palma. Uno de los acusados huyó de los agentes por varias calles en dirección prohibida y colisionó durante la huida contra dos turismos aparcados. Ambos acabaron detenidos y dieron positivo en la prueba de alcoholemia.

Los hechos ocurrieron poco después de la medianoche del domingo. Una dotación de la Unitat d´Intervenció Immediata (UII) de la Policía Local de Palma patrullaba por la calle Metge Josep Darder cuando detectó que un Volkswagen Golf entraba en la vía procedente de Bisbe Cabanelles, realizando continuos cambios de carril a gran velocidad. Instantes después, un Renault Mégane hacía lo mismo.

Los policías vieron cómo los dos turismos se detenían en un semáforo en rojo en el cruce con la calle Aragó y sus ocupantes intercambiaban unas palabras, por lo que empezaron a sospechar que se trataba de una carrera ilegal. Los dos turismos reanudaron la marcha al ponerse la luz en verde y se dirigieron hacia la calle Balmes también a gran velocidad.

Los agentes aprovecharon que los coches se detuvieron de nuevo en la confluencia de Balmes y Eusebi Estada para cerrarles el paso con el furgón. Uno de los policías se apeó e indicó a los conductores que parasen el motor. El del Volkswagen Golf acató la orden, pero el otro dio marcha atrás a toda prisa a lo largo de unos 50 metros y se adentró en la calle Jacint Verdaguer.

Comenzó ahí una peligrosa persecución, durante la cual el Renault Mégane se metió en las calles Joan Munar y Jaume Ferran en dirección prohibida hasta que logró dar esquinazo al furgón policial, cuyos efectivos acabaron perdiéndole de vista. Tras dar una batida por la zona en su búsqueda, los agentes desistieron y regresaron a Balmes para entrevistarse con el otro conductor.

Poco después llegó allí, caminando, un joven que dijo ser amigo del acusado y se interesó por su estado. Los policías lo reconocieron como el conductor que acababa de escapar, aunque este lo negó. Sin embargo, cuando los agentes lo sometieron a un cacheo encontraron, entre su ropa interior, la llave de un Mégane. Tras una nueva batida por la zona, el coche en cuestión fue localizado en la entrada de un aparcamiento cercano. Según comprobaron, era el turismo implicado en las carreras ilegales. Además, descubrieron que durante su huida había chocado contra dos turismos estacionados y perdido uno de sus retrovisores.

Los dos conductores, de 33 años y 34 años, quedaron detenidos y fueron sometidos a una prueba de alcoholemia. Ambos dieron positivo. Uno superaba por poco la tasa máxima permitida y el otro casi la triplicaba.

Fuentes policiales explicaron que mientras el conductor del Golf está acusado de un delito contra la seguridad vial por circular ebrio, el del Mégane está imputado por delitos contra la seguridad del tráfico y de conducción temeraria, ya que los agentes entienden que puso en riesgo a otras personas.