La Audiencia de Palma ha condenado a diez años de prisión a un ciudadano rumano por los delitos de agresión sexual y lesiones, por violar a su cuñada y darle una paliza brutal en agosto de 2012, en la vivienda que compartían en Eivissa. Los hechos ocurrieron la mañana del 25 de agosto de 2012, cuando el acusado, que estaba en el salón de la casa donde residían, llamó por teléfono a la víctima que dormía en su habitación con la llave echada, le pidió que saliera para hablar con ella y le propuso practicar sexo oral.

La joven intentó huir y pidió ayuda a gritos por el balcón tras lo cual el agresor la amenazó, le arrancó la ropa, la golpeó e intentó que le practicara sexo oral sin conseguirlo por la resistencia que opuso la mujer. Cuando ella intentó escapar de nuevo, el hombre la golpeó repetidamente en la cabeza, las costillas y el cuello, la arrastró cogida por el pelo hasta un sofá y la forzó a tener sexo oral.

Tras la agresión, ella se encerró en su habitación, llamó a su novio y le pidió que acudiera con la Policía. El hombre fue detenido después de intentar huir descolgándose por la ventana hasta el piso inferior. La mujer sufrió fractura nasal, contusiones y hematomas en toda la cara y en los brazos, varias heridas en las manos y el cuello, y arrancamiento de parte del cuero cabelludo, lesiones de las que tardó 120 días en curar y que le han dejado secuelas psiquiátricas con trastorno de la personalidad y síndrome postconmocional.

Aunque el agresor alegó que había tomado droga y alcohol y no recordaba nada, la Audiencia considera plenamente acreditado que golpeó repetidamente a la víctima y "conocía perfectamente que estaba realizando un acto sexual no consentido que consistió en acceso carnal por vía vaginal en unas condiciones muy vejatorias y denigrantes" para la mujer.