­"Si por aquellas cosas no estoy despierta y no me doy cuenta del escape, todo el edificio hubiera volado. Todos habríamos volado, media manzana..." María vive en el primer piso de la finca de la calle Arxiduc Lluís Salvador, en Palma, que ayer por la mañana fue desalojada por una fuga de gas. Fue la primera persona que se percató del suceso y su rápida actuación evitó una desgracia.

"Serían las siete y media de la mañana. Ya estaba levantada. Empecé a escuchar un ruido raro, como un silbido. El ruido era muy intenso. Entonces, abrí la puerta de casa y en el rellano el olor a gas era impresionante", relata la moradora. "Llamé a todos los vecinos a gritos para que salieran. Fui puerta por puerta despertándoles. Les grité que tenían que salir deprisa porque había una fuga", añade.

"En seguida vino la Policía y los bomberos. Se ve que alguien bajó al cuarto de contadores y cortó un tubo que no estaba conectado a ningún contador. Al serrar la tubería, empezó a salir el gas a toda pastilla", detalla la afectada.

Su intervención resultó providencial. Ocho vecinos fueron de-salojados y no hubo que lamentar ningún intoxicado.

"Hemos tenido que esperar en la calle con un frío que hacía... Tuvimos que salir muy rápido, con lo puesto, sin coger ropa. Así estuvimos hasta las nueve y media de la mañana cuando ya nos dejaron volver a casa", recuerda la mujer, junto al portal de su domicilio.

La Policía ha iniciado una investigación porque sospecha que el responsable del escape de gas es un ladrón de cobre. En la segunda planta del edificio, los agentes hallaron una mochila de color verde llena de pomos, manetas y cerraduras de metal. Estos efectos fueron incautados.

De hecho, en la finca faltan varias de estas piezas que han sido sustraídas. En todo el barrio se han producido robos de manetas y llaves de paso. "Esto es una consecuencia más de esta crisis económica que estamos viviendo. Pero, si el que roba no tiene cabeza y corta una tubería del gas, puede provocar una explosión y una tragedia", destaca otro vecino.