­Georg S., de 48 años, intentó una huida desesperada la noche del sábado en cuanto se percató de que dos policías llamaban a la puerta de la habitación del hotel donde se alojaba. Sin pensárselo dos veces, intentó descender por el balcón desde el undécimo piso. Su escapada fue breve. Perdió el equilibrio y se precipitó al vacío hacia una muerte segura.

Las autoridades alemanas habían emitido días antes una orden internacional de detención contra este compatriota suyo. Le acusaban de un presunto delito contra el patrimonio. La requisitoria llegó a las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía en la Jefatura Superior de Balears.

Tras pasar sus datos por el ordenador, los investigadores comprobaron que el fugitivo aparecía en el listado de clientes de un hotel del Paseo Marítimo de Palma. Con esta información, los agentes del Grupo de Delincuencia Internacional se dirigieron hasta el hotel Tryp Bellver.

Sobre las diez y media de la noche del sábado, los policías subieron hasta la undécima planta del establecimiento hotelero y llamaron a la puerta de su habitación. Al parecer, Georg intuyó que las personas de paisano que estaban al otro lado eran policías y que iban a por él. A continuación, optó por escapar por el único sitio que vio sin tenerse que topar con ellos: el balcón.

La noche del sábado era especialmente tempestuosa. De hecho, en ese momento se registraban fuertes rachas de viento y había caído un fuerte aguacero. El vendaval era especialmente acusado en la undécima planta del hotel.

Su escapada fue muy breve. Apenas consiguió descender hasta el piso inmediatamente inferior antes de perder el equilibrio y caer al vacío. Los policías solo oyeron un grito y el fuerte golpe del cuerpo contra el suelo. Cuando consiguieron entrar en la habitación, Georg ya no estaba. Al asomarse al balcón, divisaron desde lo alto su cadáver estrellado junto a la piscina del hotel.

Asistencia sanitarias

Los agentes avisaron a las asistencias sanitarias. Una UVI móvil del Ib-salut se desplazó hasta el lugar. Los facultativos no pudieron hacer nada por la vida del prófugo alemán y se limitaron a certificar su defunción.

La comisión judicial se desplazó hasta el lugar para tratar de esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte del fugitivo. Todos los indicios apuntaban a que se trataba de un fatal accidente cuando intentaba emprender la huida de los policías que iban a detenerle. También participaron en la reconstrucción de la muerte agentes del Grupo de Homicidios y de la Policía Científica.

A continuación, los operarios de los servicios funerarios trasladaron el cuerpo del prófugo alemán al Instituto de Medicina Legal de Palma, a la espera de que mañana le sea practicada la autopsia.