El paraje de Mallorca más castigado por el fuego volvió por sus fueros. Las 479 hectáreas arrasadas por las llamas ayer en Artà consiste en un aldabonazo más en su aciaga historia forestal de las dos últimas décadas.

De hecho, Artà ostentaba el luctuoso récord de hectáreas de bosque y monte bajo quemadas en la isla -un total de 1.960- hasta el pasado mes de julio. En ese momento fue sobrepasado por el fuego que calcinó 2.335 hectáreas en Andratx, Estellencs y Calvià.

El primer incendio forestal del que se tiene constancia se remonta a 1990. Un total de 550 hectáreas fueron arrasadas por el fuego. El siniestro se inició en la possessió de Son Puça, se prolongó por todo el litoral de Artà hasta alcanzar Cala Mesquida, en Capdepera.

Un par de años después, el fuego alcanzó proporciones catastróficas, En 1992, un total de 1.960 hectáreas fueron consumidas por las llamas. Una quema de carrizo provocada fue el origen del más devastador incendio registrado en la zona. Luego, vientos de 80 kilómetros coadyuvaron a extenderlo. Ya entonces se pusieron en peligro varias zonas urbanizadas en Betlem. Una veintena de personas tuvieron que ser evacuadas de sus chalés.

Estos dos grandes incendios forestales, con un estrecho margen de apenas dos años, hicieron que el equipo de gobierno municipal planteara un plan urgente de reforestación de la zona. El objetivo era tratar de evitar a toda costa la amenaza de la desertización.

Cuando aún no se había materializado nada, la historia se volvió a repetir en 1994. El número de hectáreas calcinadas por el fuego ese año en Artà ascendió a 660. Las llamas arrasaron una gran área de vegetación compuesta mayormente por carrizo y pinar. Las fuerte rachas de viento contribuyeron en todo momento a reavivarlo.

Al igual que en los anteriores fuegos que azotaron la zona, el Ejército tuvo un papel preponderante y tuvo que intervenir para hacer cortafuegos y ganarle la partida al incendio.

El monte de Artà se tomó un respiro de apenas un lustro. El inciso fue abruptamente interrumpido en 1999 con otro nuevo incendio forestal de proporciones colosales. Entonces fueron quemadas 700 hectáreas. El fuego fue claramente intencionado. Las sospechas apuntaban a que fue provocado para conseguir nuevos pastos para el ganado.

El parón más prolongado en la aciaga historia forestal reciente de Artà se dio hasta el año 2010. Fue entonces cuando se dio un nuevo incendio forestal que consumió 70 hectáreas. Al año siguiente, un nuevo fuego consumió 400 hectáreas de masa forestal entre Artà y Capdepera. El año pasado, Artà fue presuntamente quemado por el pirómano que arrasó Mallorca. Un total de 23 hectáreas fueron afectadas.

Especialistas en recuperación alertaron ayer de lo "perjudicial" que supone para el suelo un fuego tras otro. No obstante, apuntaron que la vegetación de carrizo, monte bajo y palmito se regenera de forma natural. "El año que viene estará de nuevo verde. Pero hace treinta o cuarenta años esa zona era un bosque compuesto por pinos y olivos", recordaron.