El FBI está comparando el ADN de Ariel Castro con muestras en las bases de datos del país para saber si el acusado de secuestro y violación de tres jóvenes está implicado en otras desapariciones, mientras ayer se confirmó que es el padre de la niña que Amanda Berry tuvo durante su cautiverio.

La Oficina del Fiscal General de Ohio, Mike DeWine, indicó ayer a través de un comunicado que las pruebas de ADN realizadas tanto a Castro como a la hija de Berry, que tiene ahora seis años de edad, confirman la paternidad del acusado. DeWine había solicitado al laboratorio de la Oficina de Investigaciones Criminales de Ohio que acelerara al máximo el análisis del ADN de Castro, una operación que normalmente se efectúa en varias semanas, para determinar si el acusado era el padre de la menor rescatada y si estaba implicado en otros delitos.

El fiscal general de Ohio señaló que la comparación del ADN de Castro con las muestras genéticas recogidas en delitos cometidos en el Estado había sido negativa. Pero añadió que el FBI está realizando una búsqueda similar con el material genético de Castro para comprobar si se produce algún resultado en delitos cometidos en el resto del país.

El descubrimiento el pasado lunes en la casa de Ariel Castro, un conductor de autobús retirado, de tres jóvenes que habían desa-parecido de Cleveland hacía una década ha provocado que la Policía esté reconsiderando otros casos de mujeres desaparecidas en la ciudad.

Castro, de 52 años, mantuvo a Michelle Knight, Amanda Berry y Gina DeJesús, secuestradas durante una década, en el caso de Knight 11 años, a la vez que sometía a las jóvenes a violaciones y otros abusos físicos. Las jóvenes fueron descubiertas el lunes cuando Amanda Berry solicitó ayuda para escapar y sus gritos fueron escuchados por dos vecinos, Aurora Martí y Angelo Cordero, quienes la ayudaron a romper la puerta delantera de la vivienda de Castro. Amanda escapó con su hija, que ahora se sabe es fruto de las violaciones cometidas por Castro, y llamó ella misma a la Policía desde una casa cercana.

Los agentes luego descubrieron en el interior de la vivienda a Michelle Knight y Gina DeJesús y procedieron al arresto de Ariel Castro así como de dos de sus hermanos, Onil y Pedro. Estos dos últimos fueron puestos en libertad tras determinarse que no estaban implicados en el secuestro y violación de las tres jóvenes. Según varias filtraciones, Castro operaba una auténtica casa de los horrores, golpeando con gran violencia a las jóvenes, hasta el punto de que Knight abortó cinco veces a consecuencias de las palizas, y las mantenía encadenadas para evitar que se escapasen. El FBI no encontró restos humanos en la vivienda de Ariel Castro.