Escogían viviendas de barrios acomodados de Palma y las vigilaban hasta asegurarse de que no había nadie dentro. Reventaban o desbloqueaban las cerraduras y una vez en el interior se apoderaban de todos los objetos de valor en cuestión de minutos. En apenas tres semanas actuaron en 14 domicilios y lograron un botín que superaba los 83.000 euros, hasta que el grupo de Robos de la Policía Nacional puso fin a la racha delictiva de esta banda, formada por tres georgianos que acaban de ser condenados a penas que suman 14 años de prisión. Este equipo de agentes, liderados por el inspector Manuel Acerete, recibió el año pasado una media de dos denuncias diarias por robos en domicilios y locales comerciales de la ciudad, una media de dos al día. "La crisis ha empujado a algunas personas, desesperadas por su situación económica, a cometer este tipo de delitos. Pero contra la que pueda parecer, el número de robos ha descendido en Palma", afirma.

Acerete asegura con rotundidad que actualmente no hay ningún grupo organizado y profesional dedicado a desvalijar domicilios en la ciudad. "Las bandas especializadas en este tipo de robos son muy activas y enseguida se nota su presencia. Suelen actuar muchas veces en un periodo de tiempo corto, lo que dispara el número de denuncias y supone una señal de alarma", afirma el inspector. Balears ha sido uno de las comunidades donde más ha crecido el número de robos con fuerza en domicilios, aquellos en los que no hay violencia contra las personas, en el último año. De los 2.921 casos registrados en 2011 se ha pasado a 4.335, un incremento del 48,5 por ciento.

Este notable aumento no ha afectado a Palma, donde han descendido las denuncias. Los ladrones se han cebado en los últimos meses con la Part Forana. "Los delincuentes prefieren actuar en lugares aislados, con menor vigilancia. Es mucho más difícil que te sorprenda un vecino o una patrulla policial en una casa de campo apartada que en un bloque de pisos de la ciudad", explica Acerete. De hecho, las zonas de Palma donde más robos se registran son las barriadas del extrarradio, "las más parecidas a un pueblo". En la capital se denunciaron en 2012 un total de 636 robos en domicilios frente a los 688 del año anterior, lo que supone una caída del 7,56 por ciento, según las cifras oficiales.

Pese a ello, la Policía no ha bajado la guardia. La crisis económica ha disparado este tipo de delitos en toda España, lo que llevó a poner en marcha hace dos años un plan especial conjunto con la Guardia Civil para combatirlos. "Estamos haciendo un trabajo muy intenso, que ha dado sus frutos. El año pasado resolvimos 220 casos y arrestamos a 163 personas. En los últimos tres años la tasa de eficacia policial ha crecido. En 2010 se esclarecieron un 20 por ciento de las denuncias, en 2011 la cifra subió al 25 por ciento y el año pasado, al 35 por ciento", asegura Acerete. "Puede parecer que aclarar uno de cada tres robos es poco, pero hay que tener muchos factores en cuenta. La resolución de un robo con fuerza es complicada porque no suele haber demasiadas pistas. En la mayoría de los casos no tenemos las huellas del delincuente ni testigos que aporten información", explica el inspector. "Además, la crisis ha aumentado notablemente el número de denuncias falsas para cobrar una indemnización de las compañías de seguros".

Acerete distingue entre dos tipos de ladrones de domicilios. Los hay especializados y profesionales, que normalmente actúan en grupo. "Suelen estar formados por personas procedentes de países de Sudamérica o el Este de Europa y muchos de ellos son itinerantes. Buscan dinero, joyas y aparatos electrónicos a los que dar salida en el mercado negro", afirma el inspector. "También existen lo que llamamos ´delincuentes advenedizos´, que se dedican tanto a robos en vehículos como en domicilios. Tienen poca habilidad y actúan solos. Suelen ser personas con graves problemas económicos o toxicómanos que se meten también en obras en busca de tuberías de cobre y chatarra", indica Acerete. Muchos de estos delincuentes son multirreincidentes, personas que jamás han tenido oficio conocido y que, si son encarcelados, vuelven a las andadas en cuanto salen de prisión. El grupo de Robos ha detectado también casos de ladrones que comenzaron a actuar cuando eran menores y que llevan años siendo detenidos cada poco tiempo por robos.

Los delincuentes utilizan diversos métodos para colarse por la fuerza en las viviendas, aunque la mayoría optan por trepar hasta ventanas y balcones. "Un 50 por ciento de los robos en domicilios son por el procedimiento del escalo, ya que requiere poca habilidad y no se hace ruido. Otros optan por sistemas como el pico de loro, una herramienta parecida a una llave inglesa con la que revientan las cerraduras. También es frecuente el sistema del resbalón, que consiste en utilizar un DNI o una radiografía que deslizan por el quicio de la puerta para mover el pestillo y abrirla".