Cuatro individuos llamaron la noche del miércoles a la puerta de una vivienda de Binissalem. Una anciana confiada abrió la puerta cuando los asaltantes se le echaron encima a cara descubierta. Los delincuentes le quitaron las joyas que llevaba puestas y le arrebataron 6.000 euros en efectivo.

Los hechos ocurrieron sobre las nueve de la noche del pasado miércoles en un domicilio situado en la calle Ramon Morey de Binissalem. Los delincuentes demostraron tener buena información de que la anciana, de 83 años, se encontraría sola en casa. También contaban con que podrían hacerse con un suculento botín en el interior sin demasiado esfuerzo.

Con cierta sensación de impunidad, llamaron a la puerta sin ni siquiera cubrirse el rostro. En cuanto la víctima les abrió, antes de que pudiera reaccionar, le taparon la boca y la introdujeron hasta el interior. Allí actuaron a sus anchas.

Los asaltantes también demostraron ser conocedores de que la mujer tenía una importante cantidad de dinero en efectivo en la vivienda. Al parecer, procedía del cobro alquiler a los inquilinos de varias casas de su propiedad.

Tras hacerse con los billetes que tenía la anciana, le arrebataron todas las joyas que llevaba puestas la mujer indefensa. A continuación, emprendieron la huida.

Una vez que estaba a solas, la víctima quedó sumida en un profundo ataque de nervios. La anciana tardó bastante tiempo en poder recuperarse del monumental susto que había sufrido.

Cuando por fin se pudo armar de valor para llamar a la Policía, la mujer se confundió de número. Solo consiguió acertar a marcar el teléfono de una compañía de telefonía móvil. Por fortuna, el operador estuvo lo suficientemente avispado para derivar la llamada a la Policía Local de Binissalem.

Instantes después, varias dotaciones de la Policía Local de Binissalem se personaron en su domicilio de la calle Ramon Morey. Los agentes examinaron el domicilio. En primera instancia, dieron numerosas batidas por la zona para tratar de interceptar a los atracadores. La búsqueda resultó infructuosa.

Pese a que el atraco se hizo a cara descubierta, la víctima no consiguió aportar una descripción lo suficientemente detallada. Los nervios se lo impidieron. Le pareció escuchar a dos de ellos hablando en árabe y sospechó que eran magrebíes. También oyó a alguno de los atracadores articular algunas palabras en mallorquín. A la mujer le costó bastante tiempo recuperarse de la traumática experiencia vivida durante el asalto de su casa.

Finalmente, agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil se encargaron del caso. Los efectivos del Instituto Armado prosiguieron con la investigación para tratar de determinar la identidad de los atracadores para proceder a su detención.