Antònia, una anciana de 84 años con problemas de movilidad, estaba a punto de subir al ascensor de su finca cuando fue abordada por un hombre. Era un ladrón que la había seguido por la calle Blanquerna de Palma y esperó el momento propicio para asaltarla. "Me robó las pulseras que llevaba y me causó lesiones en la mano por las que tuve que ir al médico. Fue un susto mayúsculo del que todavía no me he recuperado", recuerda la mujer. El de Antònia no es un caso aislado. En las últimas semanas han sido detenidos en Mallorca varios ladrones especializados en robos a ancianos. "La tercera edad es uno de los sectores preferidos de los delincuentes. Por lo general, los mayores son confiados, pecan de exceso de educación y tienen escasa posibilidad de defensa", explica Tomás Sastre, brigada de la Guardia Civil.

Sastre encabeza un grupo de agentes que dan charlas a ancianos por toda la isla para evitar que se conviertan en un objetivo demasiado fácil. Es la aplicación del Plan Mayor Seguridad, un conjunto de actuaciones puesto en marcha en 2010 para mejorar la seguridad de los mayores de 65 años. "Tratamos de hacerles ver que deben adoptar una serie de medidas de protección para minimizar los riesgos y complicarles las cosas a los delincuentes", asegura el oficial. Los tirones de bolso son uno de los delitos que más padecen. Los ladrones suelen vigilarles y cerciorarse de que llevan encima cantidades importantes de dinero, especialmente cuando salen del banco. "Los jubilados tienen por costumbre ir a sacar toda la pensión el día 25, cuando cobran. Y los delincuentes lo saben. Así que es mejor no realizar grandes operaciones y, en todo caso, pedir a una persona de confianza que les acompañe y estar pendiente de si hay alguien sospechoso en las inmediaciones. Una buena práctica es domiciliar los recibos para no tener que ir a la entidad a pagarlos", recomienda Sastre. Como le ocurrió a Antònia, la mujer asaltada en noviembre en el portal de su edificio en Palma, las joyas son un reclamo para los atracadores. "Conviene no hacer demasiada ostentación para evitar llamar la atención", asegura el experto de la Guardia Civil.

Los timadores muestran también predilección por los ancianos. Suelen colarse en las casas haciéndose pasar por revisores del gas o la electricidad y realizan falsas inspecciones o cambios de piezas innecesarios, por las que cobran precios desorbitados. "Los mayores pecan de exceso de confianza y educación. No hay que abrir a desconocidos y es bueno tener una cadenita en la puerta. En el caso de las revisiones de instalaciones de gas o electricidad hay que pedir siempre la identificación y tener en cuenta que las compañías siempre avisan antes. Los servicios y las piezas no se pagan en el momento, sino en la siguiente factura". Policía y Guardia Civil han desarticulado en Mallorca varios grupos organizados que se dedicaban a estar prácticas y que incluso estaban registrados como empresas legales.

Internet no es un mundo ajeno para los mayores, que lo utilizan cada vez con más frecuencia. La red es territorio abonado para los fraudes. "Nunca hay que dar datos bancarios. Ninguna entidad pide esta información por correo electrónico y hay que fijarse en que las páginas que se visitan sean de confianza", explica Sastre. Para combatir los timos telefónicos, en los que a través de una llamada pueden activarse servicios de pago, basta con desconfiar de los desconocidos y cortar la comunicación en cuanto surjan sospechas. "Los ancianos deben entender que no pasa nada por colgar el teléfono o decir que no les interesa una oferta", señala el brigada.

Pero no todas las amenazas son externas. "Los mayores sufren también fraudes por parte de familiares y allegados, que en ocasiones les vacían las cuentas con papeles que ellos han firmado sin saber qué estaban autorizando exactamente. Les recomendamos que tengan un control periódico de sus pertenencias y que acudan a un abogado cuando tengan dudas sobre acuerdos legales". El Plan Mayor Seguridad combate también las situaciones de malos tratos y abandono de ancianos, con comunicación directa entre los agentes y los servicios sociales y sanitarios de cada localidad para detectar estas situaciones y ponerles remedio.