El modus operandi siempre era el mismo. El ladrón se acercaba a su víctima por la espalda esgrimiendo un billete de 20 o 50 euros arrugado y le preguntaba si se le había caído de la cartera. Cuando el anciano sacaba el billetero o la cartera, el delincuente se la arrebataba de un tirón y echaba a correr. Las calles Blanquerna, Ausias March y la zona de s´Escorxador eran su ámbito de actuación.

La Policía Nacional detuvo al delincuente, de 47 años, después de que asestase dos últimos golpes. Todas sus víctimas eran de edad avanzada y con movilidad limitaba. Uno se ayudaba con un bastón y el otro llevaba un andador. Su aspecto, con gafas y una carpeta, no infundía sospechas.

Sobre las 11 de la mañana del pasado siete de septiembre, perpetró un nuevo robo. Abordó a un hombre de edad avanzada en el portal de su vivienda, en la calle Bisbe Massanet de Palma. El delincuente se situó tras él. Antes de que pudiera reaccionar, le registró los bolsillos y le sustrajo la cartera. En seguida se perdió de vista.

El pasado 16 de octubre cometió otra fechoría en la calle Bartolomé Ferrà. Un hombre se encontraba en el portal de su casa. El delincuente se aproximó a su víctima portando un billete de 20 euros y le preguntó si se le había caído de la cartera.

Cuando el anciano, de 85 años, sacó la billetera, el ladrón creyó encontrar el momento propicio. Entre ambos se inició un forcejeo y el delincuente dio un fuerte empujón a la víctima. El hombre cayó al suelo desde una altura de tres escalones.

Agentes del Grupo de Atracos del Cuerpo Nacional de Policía se hicieron cargo de la investigación del caso. El sospechoso ya había sido detenido por robos muy similares. De hecho, en marzo de 2010 ingresó en prisión por este motivo.

El pasado mes de marzo de este año salió de nuevo a la calle. No tardó en volver a las andadas. La oleada de robos cerca de la calle Blanquerna respondía a un patrón muy similar al utilizado por el sospechoso. El presunto autor de los delitos, de 47 años, había sido detenido en 19 ocasiones.