Una amiga de Mónica J.F., la madre acusada de asesinar a su hijo César de nueve años ahogándolo en la bañera de casa en Maó en el verano de 2008 y posteriormente abandonarlo en un barranco tras meter su cuerpo en una maleta, explicó ayer que el niño se bañaba solo desde que tenía seis o siete años. La testigo, que declaró por videoconferencia desde Galicia en la segunda sesión del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Palma, indicó que César se bañaba solo "con la puerta abierta" para que su madre controlara que estaba bien. Este hecho contradice radicalmente la versión de la sospechosa, que el lunes destacó que el menor "nunca se metía en la bañera solo". "Siempre lo bañaba yo. Si se hubiera metido solo, le habría regañado", manifestó la imputada descartando la posibilidad de una muerte accidental.

La amiga de Mónica J.F., que se enfrenta a una petición de pena de 20 años de prisión por parte del fiscal por un delito de asesinato, también confirmó que recibió varios correos electrónicos en los que la progenitora le informaba de que César se encontraba bien. Según detalló, el 12 de julio de 2008, un mensaje a través de internet le indicaba que el niño se hallaba muy bien y que dentro de poco irían de viaje a Palma y luego empezaría el colegio. En otros dos correos, de fecha 2 y 7 de noviembre de 2008, la madre relataba que el niño había celebrado una fiesta con sus amigos por su primera comunión y que no había ido vestido de marinero. En esa época, César ya había muerto y sus restos permanecían ocultos dentro de una gran maleta de color rojo en una finca rústica. Hasta dos años más tarde, el 23 de noviembre de 2010, la valija no apareció.

El fiscal mantiene que la supuesta asesina urdió una red de mentiras y manipulaciones para no ser descubierta. La testigo calificó ayer a la mujer como "una buena madre": "La relación con su hijo siempre fue muy buena. Siempre iban juntos. Ella es muy sociable y trabajadora. No es fría ni calculadora, en absoluto. Decía mentirijillas alguna vez". La amiga de la sospechosa también recordó que en una ocasión se puso en contacto con ella, mientras se hallaba en Menorca, al enterarse de que el padre adoptivo de César le había pegado en Galicia.

La presunta asesina escuchó ayer a todos los testigos en la sala del jurado sentada en el banquillo inmóvil. Con el cabello que le ocultaba parte del rostro, la joven estuvo hablando durante largo tiempo con su abogado. El letrado, que se muestra esperanzado ante su solicitud de absolución, anunció que para hoy tiene previsto hacer una petición especial, una vez concluya la prueba pericial. A lo largo de la jornada de ayer, el actual marido de Mónica J.F. siguió el juicio sentado unos bancos más atrás de la sospechosa.

Un compañero de piso de la imputada ratificó las mentiras que explicó la progenitora en el verano de 2008. "Me pidió permiso para que se quedara en casa su sobrino César. Ella siempre habló de su sobrino. No se habló de un hijo. En principio, dijo que el niño vendría para una semana o quince días. Luego, Mónica me dijo que el niño se había marchado", apuntó el hombre. Según su versión, el menor dormía en el salón. El testigo también destacó que Mónica se puso "un poco nerviosa" después de contarle que César se había ido. "Teníamos una relación superficial y tampoco noté nada extraño. No noté cambios en su personalidad", añadió.

Por otro lado, los policías manifestaron que la maleta fue descubierta en un lugar de difícil acceso desde la carretera. Otro agente indicó que la madre fue detenida cuando les dijo que su hijo estaba con sus padres en Galicia.