En la madrugada del pasado domingo una patrulla de la Policía Local de Palma acudió a un requerimiento por una agresión en la calle Francesc Pi i Margall. Cuando llegaron, encontraron a una mujer, una paraguaya de 26 años, que tenía sujeto de un brazo a un hombre, al tiempo que le propinaba puñetazos y patadas. Cuando les lograron separar, los agentes comprobaron que él tenía la cara y la camiseta completamente ensangrentada, mientras que ella seguía muy alterada y agresiva. El hombre, nigeriano, les explicó que se trataba de su expareja, que habían roto la semana anterior después de que ella le amenazara con un cuchillo. Sin embargo, ella le había llamado para tratar de reconciliarse. Ante su insistencia había aceptado verla. Pero no debía de fiarse mucho, porque decidió quedar en la calle en lugar de en su casa. Cuando se encontraron, ella insistió en reanudar su relación, pero él se negó y le dijo que tiene otra novia. La mujer reaccionó con violencia, por lo que él se fue corriendo mientras ella le perseguía. Pasado un rato, cuando creía que la había despistado, el hombre fue a su domicilio. En el portal se encontró con su actual novia, y juntos subieron al piso pensando que ya había pasado todo. Pero como si fuera una película de miedo, cuando llegaron al rellano se encontraron con la despechada, que les estaba esperando. Y ahí se lió parda. La paraguaya se abalanzó contra su rival, que recibió golpes y mordiscos. Cayeron todos por las escaleras pero eso no hizo que menguara la agresión, que prosiguió en la calle, donde los encontró la Policía, que se llevó detenida a la mujer.

AGRESIVA Y PERSISTENTE

Otra mujer que da miedo. En este caso es una española de 60 años. En la medianoche del domingo se presenta en un bar de la calle Joan Miró donde estaba su exmarido con un amigo y empezó a pegarles sin venir a cuento. Desde el bar avisaron a la Policía y ella se marchó. Una patrulla policial la localizó poco después en la zona. Los agentes no la detuvieron porque no había lesiones, pero le advirtieron seriamente para que no volviera a hacer algo así. Pero al cabo de una hora, vuelven a llamar desde el bar. La mujer había vuelto y estaba increpando de nuevo a su ex. De nuevo va la Policía y de nuevo le advierten de que está jugando con fuego. La mujer se va, pero cuando las víctimas salen del bar, les sorprende saliendo de detrás de un seto en el que estaba escondida y les persigue. Acabó detenida por broncas y pesada.

A MORDISCO LIMPIO

Y el otro caso de mujer violenta se trata de una drogadicta, arrestada por quebrantar una orden que le prohíbe acercarse a su madre a causa de anteriores agresiones. La víctima llamó a la Policía el mismo domingo por la noche y explicó que su hija se había presentado en su casa y estaba montando un alboroto. Cuando los agentes acudieron al domicilio la encontraron en el portal. Ella respondió muy alterada y se intentó autolesionar, dándose golpes en la cabeza. Como los policías vieron que podría ser peligroso para ella trasladarla en el coche patrulla, llamaron a una ambulancia para que la sedaran. En ese momento se zafó de los agentes, se tiró al suelo y mordió a uno de los policías en el tobillo.

LADRONES Y ESTRATEGAS

El martes por la mañana se produjo un robo en una conocida tienda cerca de la Plaça Major de Palma con una estrategia digna del mariscal Rommel. Primero entra un tipo, coge varias prendas de ropa y se escapa a la carrera. Los empleados le ven y salen en su persecución, ayudados por un turista que pasaba por ahí. Es primera hora de la mañana y en el local no hay aún clientes, por lo que el establecimiento queda momentáneamente vacío. Es el momento que aprovecha un segundo joven para entrar tranquilamente y llevarse todo lo que encuentra.

EL MENDIGO ILUSTRADO

Se le puede ver en distintos lugares de Palma, porque va cambiando de sitio presumiblemente para evitar hacerse pesado. El martes en la puerta de una conocida academia de la calle Jesús. Es un joven vestido de forma correcta apoyado en un coche, sostiene un grueso libro y aparenta estar enfrascado en la lectura. Cuando pasa alguien a su lado esboza una sonrisa: "Hola amigo, ¿no tendrías una monedilla para darme?". Si es que no, baja inmediatamente la vista y vuelve a su libro.

policía jubilado

El policía Antonio Rivas Rodríguez se ha jubilado. Fue destinado a Palma en el año 1971 y desempeñó labores operativas hasta 2005, cuando pasó a situación de segunda actividad. Desde entonces ha ejercido la labor de atención e información al público en la oficina del DNI, donde ha destacado por su ejemplar comportamiento y excelente trato con los ciudadanos. Amigos y compañeros se reunieron a manteles esta semana para desearle lo mejor en esta nueva etapa.