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Juan R.R., el hombre de 55 años detenido la semana pasada en Eivissa por matar a su esposa, ya había cumplido una pena de seis meses de prisión por quebrantar la orden de alejamiento impuesta por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Eivissa en septiembre del pasado año, cuando fue condenado por un delito de malos tratos.

Los hechos se produjeron en octubre de 2011, tan solo un mes después de que Juan R. R. hubiera sido condenado por golpear en repetidas ocasiones a su esposa en una discusión. Esa sentencia, dictada el 15 de septiembre de 2011 con la conformidad del acusado, que reconoció los hechos, prohibía al hombre comunicarse o acercarse a la víctima, Josefa Roig Farreny, en un periodo de un año, y le obligaba a realizar 44 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

Sin embargo, poco después de acordarse estas medidas, la mujer alertó varias veces a las fuerzas de seguridad del Estado porque creía que su todavía esposo dormía en el cobertizo situado junto a la casa que antes compartían y de la que el juez le había obligado a salir.

Concretamente, interpuso una primera denuncia en la que relató que la noche del 25 al 26 de octubre del pasado año Juan R. R. había pasado la noche en el citado cobertizo, si bien este asunto quedó sobreseído porque al parecer no se pudo demostrar.

La denuncia que originó la nueva condena relata hechos ocurridos en la madrugada del 28 de octubre. La sentencia recoge como probado que el acusado "a pesar de conocer" que no se podía acercar a la mujer a menos de 75 metros, se aproximó hasta la vivienda, situada en la antigua carretera del aeropuerto, en Sant Josep, y se paseó por el porche de la casa.

Durante el juicio, celebrado el 16 de noviembre de 2011 y al que Juan R. R. llegó procedente del centro penitenciario, pues se encontraba en prisión preventiva, indicó que sabía de la existencia de la orden de alejamiento y reconoció que el 25 de octubre fue a dormir al cobertizo de la casa "porque no pensaba que estuviera a menos de 75 metros de la vivienda".

"Ningún motivo hay para dudar de la veracidad de lo declarado por la denunciante y de la actitud del acusado, quien días antes de ocurrir estos hechos había ido a dormir al cobertizo, tal y como declaró, a pesar de saber que no podía aproximarse a la vivienda" de la víctima, subrayó la juez, quien rechazó que Juan R. R. alegara que solo tiene estudios primarios y no comprendió el alcance de la medida cautelar impuesta, pues lo entiende "cualquier persona".

Así, la magistrada condenó a Juan R. R. a cumplir seis meses de cárcel como autor de un delito de quebrantamiento de condena. El imputado salió de prisión apenas un par de meses antes de cometer supuestamente el crimen. Diversas fuentes consultadas señalaron que la víctima y Juan R. R. habían vuelto a estar juntos.

El cuerpo sin vida de Josefa fue hallado en el dormitorio de su vivienda el pasado 28 de junio. En la inspección realizada en la casa el forense no apreció signos de violencia y se pensó en una muerte natural, pero la autopsia posterior reveló que le habían dado diversos golpes, uno en la sien que la dejó inconsciente. Dos días después fue arrestado el hombre, quien incurrió en contradicciones en su declaración.