La acusación particular considera al asesino confeso de Ana Niculai, Alejandro de Abarca, responsable de un delito de conducción sin carné y otro de conducción temeraria, por haber circulado con el coche de la víctima, un Audi A4, a gran velocidad, zigzagueando y realizando bruscas maniobras el pasado 19 de julio de 2010, poco después de secuestrar a la joven y tenerla encerrada en el maletero del vehículo.

Según el escrito de conclusiones provisionales de la acusación, durante ese día, ´El Enano´ condujo el turismo que acababa de robar a gran velocidad por distintas zonas de la isla, pese a no disponer del permiso de conducir, por lo que puso en peligro al resto de usuarios. Sobre las dos y veinte de la tarde, en el polígono de Consell, el imputado circuló muy lento, zigzagueando y llegando a acelerar y frenar sin motivo alguno. Una vez llegó al puente de Santa Maria, intentó adelantar a un motorista con gran peligro. El acusado fue a un taller de Lloret a cambiar una rueda pinchada y se negó a abrir el maletero.