Un piropo le pudo costar la vida. La Audiencia de Palma ha confirmado una condena de 12 años de prisión para tres jóvenes por propinar una "brutal y salvaje" paliza a otro, a quien dejaron "casi moribundo e inconsciente" en la calle por piropear a la novia de uno ellos entre el Paseo Marítimo y la zona de Gomila.

El tribunal de la sección segunda ha ratificado íntegramente la sentencia dictada por el juzgado de lo penal 7 de Palma que imponía a los tres sospechosos, de entre 19 y 21 años, sendas penas de cuatro años de cárcel por un delito de lesiones con ensañamiento. Según destacaba el fallo, los agresores atacaron a la víctima de "manera cobarde y gratuita, de un modo brutal y sin piedad". El perjudicado sufrió graves lesiones, tuvo que ser hospitalizado e intervenido y padece secuelas en la mandíbula tras recibir multitud de patadas y puñetazos.

Los hechos ocurrieron sobre las cinco de la mañana del 24 de abril de 2010 cuando un joven se dirigía desde la plaza Gomila de Palma hacia el Paseo Marítimo por el callejón denominado Banys, muy cerca de una conocida discoteca de la ciudad, y en ese lugar se cruzó con los tres imputados y otra persona no identificada. Entonces, el muchacho dirigió un piropo (rubia o guapa) a la novia de uno de los sospechosos, lo que motivó que le zarandearan e incluso uno de ellos le cogió la cabeza y se la estampó contra la pared. Por ello, el afectado quedó aturdido y cayó al suelo. Una vez allí, los tres agresores le dieron patadas mientras le decían "te vas a enterar, de esta no sales".

Cuando pudo escapar, la víctima se marchó corriendo hacia el Paseo Marítimo, pero los tres acusados le siguieron y le dieron alcance en una pequeña plaza situada junto a una conocida discoteca. Allí, le rodearon y, de "forma brutal y salvaje", según destaca la sentencia, siguieron golpeándole y propinándole puñetazos y patadas en la cara, cabeza y el cuerpo, sin que el joven pudiera defenderse.

Patada en la nuca

El perjudicado recibió numerosos golpes por parte de los tres sospechosos hasta que quedó semiinconsciente apoyado en la barandilla de los taxis. En ese momento, uno de los agresores le dio una patada en la nuca que le hizo caer al suelo. Acto seguido, los tres inculpados continuaron pegándole y propinándole más patadas "con el depravado propósito de hacerle sufrir más y sin importarles las consecuencias de estos golpes y sin que aquel pudiera defenderse hasta que lo dejaron inconsciente y casi moribundo, tumbado en la calle", según declara probado la sentencia.

Finalmente, varios ciudadanos intentaron ayudar al herido y gritaron "¡Policía!", por lo que dos acusados huyeron a toda prisa y un tercero quedó rezagado. Este último, antes de irse, le pegó otra fuerte patada en la cabeza al joven sin preocuparse del estado en el que se encontraba. Poco después, la Policía Local de Palma le detuvo cerca del lugar. A consecuencia de la paliza, la víctima sufrió graves heridas como la fractura de la mandíbula. Según el fallo, no consta suficientemente probado que la ingesta previa de alcohol y drogas por parte de los imputados mermara sus facultades, las cuales estaban intactas en el momento de la agresión. La sentencia resalta que hubo un "plus" de violencia totalmente innecesario y brutalidad con complacencia.