La Audiencia de Palma ha condenado a 28 personas, entre ellas un exdirector de una sucursal bancaria de la ciudad que está preso, por una gran estafa inmobiliaria de más de dos millones de euros a una entidad bancaria de la isla mediante la concesión de una veintena de falsas hipotecas entre los años 2003 y 2004. Los sospechosos aceptaron ayer penas que suman 17 años y medio de cárcel por los delitos de estafa y falsedad documental.

La única condena de cumplimiento en prisión es la del cabecilla de la trama, el exdirector de banco, que se conformó con cerca de cuatro años, tal y como habían solicitado el fiscal y el letrado de la acusación Jaime Campaner. Este hombre, que estuvo fugado de la Justicia durante dos años y se refugió en Brasil, también está acusado de otro fraude.

El principal imputado, aprovechando su condición de directivo en la sucursal de Palma, y el propietario de una empresa inmobiliaria, que actualmente está en rebeldía, urdieron un plan para captar a testaferros que se hicieron pasar por compradores de viviendas a cambio de dinero. Varios de los inmuebles pertenecían a la inmobiliaria del segundo acusado.

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