La Audiencia de Palma ha condenado a siete años de cárcel a un hombre por abusos sexuales reiterados a su hijastra, una joven de 20 años discapacitada psíquica, con la que mantuvo sexo en múltiples ocasiones durante casi tres años a cambio de dejarla ir con su padre los fines de semana. Los hechos tuvieron lugar entre 2005 y 2007 en la zona de Manacor, donde el procesado, de mediana edad, residía con su pareja y la hija de esta, que tiene reconocida una discapacidad psíquica del 65 por ciento.

El tribunal ha considerado al sospechoso responsable de un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal y le ha prohibido aproximarse y comunicarse con la víctima por un periodo de nueve años. La sala, que ha apreciado la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas por el tiempo transcurrido desde el juicio a la sentencia debido a la elevada cargo de trabajo de la Audiencia, ha fijado una indemnización de 6.000 euros por los daños morales que sufrió la joven.

Los hechos enjuiciados se remontan a un espacio de tiempo comprendido entre el año 2005 y marzo de 2007 cuando el acusado convivía con su compañera sentimental y la hija de esta en un domicilio ubicado en la zona de Manacor.

La joven, que en aquellas fechas tenía 20 años, padece un déficit intelectivo ligero y de personalidad que le impide llevar una vida totalmente autónoma, por lo que precisa supervisión de otras personas para cubrir sus necesidades vitales correctamente, según detalla la sentencia. Un juzgado de Manacor la declaró parcialmente incapacitada en 2006 y la Seguridad Social le reconoció una discapacidad psíquica del 65%.

El procesado, conocedor del retraso mental de su hijastra, se aprovechó de la función que desempeñaba él en casa, que consistía en controlar las labores domésticas que la joven tenía encomendadas y la posibilidad de castigarla si no las realizaba correctamente.

Así, el hombre se dirigía a la víctima en múltiples ocasiones y le decía que debía mantener relaciones sexuales con él si quería ir con su padre el fin de semana o algún día festivo.

Relaciones completas

La joven, ante la situación que su padrastro le planteaba, accedió a tener sexo con él. Según declara probado el tribunal de la sección primera, la periodicidad de los contactos fue de una o dos relaciones sexuales completas por semana durante los casi tres años que duraron los referidos hechos.

El imputado normalmente aprovechaba los momentos en los que la madre de la perjudicada no se hallaba en la vivienda para llevar a cabo los abusos, si bien en dos ocasiones la progenitora se encontraba durmiendo en su cuarto cuando el hombre se propasó con su hijastra en el baño de la casa y en su habitación. Los contactos sexuales consistían en relaciones completas entre ambos.

La sala ha valorado la declaración de la joven como una de las pruebas fundamentales para condenar al acusado y considera que la discapacidad que presenta la víctima no desmerece la credibilidad de su relato, tal y como apuntaron los psicólogos en el juicio. El tribunal concluye que el consentimiento de la víctima para tener sexo con el hombre es inhábil debido a su discapacidad con una edad mental de 10 años.