­La Guardia Civil ha imputado un delito de abandono temporal de menores a una pareja de turistas alemanes que hace unos días dejaron a su hija de corta edad encerrada en un coche para ir a ver las cuevas de Artà. Los agentes rescataron a la menor, que presentaba síntomas de deshidratación y estaba llorando, tras fracturar una de las lunas del coche.

Los hechos ocurrieron el pasado domingo, cuando un vecino de Artà descubrió que en el interior de un vehículo estacionado en el arcén y a unos 800 metros de las cuevas de la localidad había encerrada una niña pequeña. El hombre alertó enseguida a la Guardia Civil.

Totalmente cerrado

Agentes del instituto armado y la Policía Local de Capdepera acudieron de inmediato al lugar y comprobaron que la niña estaba en el asiento trasero del coche, que era de alquiler y tenía las puertas cerradas con llave y las ventanillas subidas. La pequeña estaba llorando, sudaba y tenía la piel enrojecida, síntomas claros de que estaba pasando mucho calor. Ante esta situación, los agentes optaron por romper una de las lunas del coche para poder rescatar a la niña, que parecía estar deshidratada. Los agentes le dieron agua y solicitaron la presencia de efectivos sanitarios para que la examinaran. El personal médico comprobó a su llegada que no era necesario trasladarla porque se había recuperado y su estado era bueno.

La Guardia Civil comenzó entonces las gestiones para localizar a los padres de la menor, que resultaron ser una pareja de turistas alemanes. Estos habían dejado a la niña encerrada en el coche mientras visitaban las cuevas de Artà, un recorrido que dura una media hora.

Los dos progenitores han sido imputados por un delito de abandono temporal de menores. Según la Guardia Civil, la vida de su hija habría corrido peligro si nadie hubiera descubierto que estaba encerrada en el coche.