El fiscal solicita penas que suman 41 años de prisión para un joven de origen brasileño, llamado Nuno Filipe, que el año pasado fue detenido por asaltar dos pisos y violar a una mujer que trabajaba de prostituta. El joven comparte el banquillo con su cómplice, otro joven brasileño llamado Ricardo, para quien el fiscal pide trece años de prisión. El juicio se celebró ayer en la Audiencia de Palma.

Los dos asaltos que los acusados reconocen los llevaron a cabo en pisos de prostitutas. Casualmente, los dos jóvenes también se dedican a la misma profesión.

Nuno explicó que el día 3 de octubre del año pasado acudió a un piso de la plaza Mediterráneo. Acordó mantener relaciones con una mujer. "Mi novia es un transexual y necesito acostarme con prostitutas, me da morbo", explicó. A pesar de que la mujer afirma que el acusado abrió la puerta de una patada, el joven mantiene que asaltó la vivienda tras acostarse con ella. Lo que coinciden es que sacó una pistola simulada y la amenazó. Se apoderó de sus tarjetas y de las de su compañero de piso, y su cómplice sacó dinero con ellas de un cajero. "Tras acostarme con ella me dio la paranoia de atracarla", explicó el acusado.

Cuatro días después, según su confesión, Nuno contactó por teléfono con una prostituta que tenía un piso en el Paseo Marítimo. Concertó una cita y acudió a su encuentro. Reconoce que mantuvo relaciones con la mujer y que después sacó una pistola y la obligó a entregarle el dinero que le había adelantado. Inspeccionó el piso y se llevó más dinero y objetos de valor. La víctima, sin embargo, mantiene que primero fue atracada y después violada, por lo que la acusación le imputa al joven brasileño un delito de agresión sexual. El acusado intentó justificar que este comportamiento lo motivaba a su obsesión por el consumo de drogas. Afirmó que solía consumir unos tres gramos diarios de cocaína.

El otro acusado reconoció su intervención en los hechos, pero sostiene que él no planeó los asaltos, sino que fue su amigo. Dijo que nunca empleó la fuerza y que si atracó fue porque se lo exigió el otro acusado.

Una de las víctimas narró su experiencia ante el tribunal y explicó que hubo momentos que pensó que estaba viviendo "la última noche de mi vida" cuando uno de ellos la amenazó con la pistola que esgrimía.