Gaspar, el hermano de Julio Camacho, el joven asesinado en Manacor, afirma que la víctima cayó en una trampa urdida por los dos detenidos. El familiar no tiene dudas de que los dos sospechosos están implicados en el asesinato cometido el pasado sábado. "Mi hermano cayó en una trampa. Le llamaron el martes para quedar con él. Le dijeron que le iban a proponer que les realizara un trabajo en la finca de uno de ellos". Gaspar afirma que los dos detenidos "se dedican al tráfico de drogas desde hace tiempo y todo el mundo en Manacor lo sabía. Mi hermano hace años que logró rehabilitarse y desde que salió de prisión en el año 2000 no había vuelto a delinquir". Explicó que su hermano trabajaba de albañil y que hacía poco que había sido padre. "Estaba muy bien con su mujer y su hijo. Llevaba varios años trabajando de albañil, pero hacía algunos meses que estaba de baja por un dolor en la espalda". Gaspar afirma que los dos detenidos "le tenían mucha rabia a mi hermano, pero no sé porqué motivos. Lo que tengo claro es que hacía varios días que habían planificado su muerte".

Última vez que le vio

La última vez que vio con vida a su hermano fue el viernes y no le comentó que al día siguiente tenía una cita con los dos detenidos. "Me lo ha contado después su mujer. Parece que tenían una deuda con mi hermano, de no más de 20 euros, y le dijeron que para arreglar el asunto económico antes debía realizar una obra en la finca de uno de ellos". Gaspar aclaró que su hermano no vivía en una caseta próxima al lugar donde fue asesinado, sino que residía "en la otra parte del pueblo. Vivía con su mujer y con su niño". El familiar afirmó que el joven había abandonado la heroína, aunque sospechaba que alguna vez había tomado "alguna raya de cocaína".

Ayer por la mañana acudieron al juzgado de Manacor varios familiares y amigos de Julio Camacho. La Policía evitó que pudieran tener contactos con los dos detenidos, para evitar que se produjese algún incidente violento. Juan Carlos Heredia, conocido con el apodo de "Chicharra", se mostró muy indignado por el asesinato de su amigo Julio, al que calificó de "buena persona, aunque era una bala perdida". El joven explicó que conocía a "Julito" desde niño y desde entonces eran amigos. Incluso habían estado juntos en prisión. Juan Carlos Heredia que, según reconoció, "había pasado diez años en la prisión", anunció que "iba a vengarse por la muerte de Julio". Explicó que al enterarse de la muerte de su amigo y de la detención de los dos sospechosos "he escrito a mis amigos de la prisión para que se venguen. Las cosas no van a quedar así", anunció.

Al igual que el hermano del fallecido, el amigo señaló que "Julio cayó en la trampa que le habían montado los dos detenidos. Debió ir muy confiado a esta cita porque incluso llevaba comida para invitarles a merendar. No debió sospechar nunca que le iban a matar, porque si no, no habría acudido a la cita". El joven, que fue cacheado por la Policía para comprobar que no llevaba ningún objeto peligroso con el que pudiera agredir a los dos detenidos, afirmó que su amigo "estaba rehabilitándose para dejar las drogas. Hacía tiempo que ya no tomaba heroína". El amigo manifestó que no tenía dudas de que los dos detenidos habían participado en el asesinato y señaló que él creía que "hay más personas implicadas. No fueron ellos dos solos".

Al juzgado también acudió ayer un familiar de uno de los detenidos para entregarle unas ropas.