La jueza del juzgado de instrucción número 3 de Manacor decretó anoche el ingreso en prisión de las dos personas que fueron detenidas por la Policía acusadas de estar implicadas en el asesinato de Julio Camacho Nova, que fue encontrado muerto el pasado sábado. También se ordenó la detención de otra persona, que sería el que vendió el arma a uno de los sospechosos.

Francisco P., el albañil de Manacor, que reconoció su participación en los hechos en la declaración que realizó ante los investigadores, mantuvo la misma versión ante la jueza. El hombre implicó a su compañero, Pedro R., copropietario de un restaurante de Vilafranca, que rechaza que estuviera relacionado con el asesinato.

La declaración del albañil se prolongó durante varias horas. Respondió a las preguntas que le formularon para determinar el móvil del crimen y los detalles de cómo se había planificado la cita con Julio Camacho, con el que habían quedado en verse el sábado por la mañana en una zona próxima al cementerio de Manacor. El detenido señaló que no fue él quien disparó, sino que fue su compañero. Él mismo fue quien indicó a la Policía que se habían dado a la fuga con el vehículo de Julio Camacho, un todoterreno de color verde, y que lo habían dejado abandonado en la localidad de Campos. Este vehículo fue encontrado por la Policía en la noche del pasado lunes. Francisco P. reconoció también que se dedicaba al tráfico de drogas.

Por su parte, el restaurador, que negó ante la Policía estar implicado en el crimen, se acogió ayer a su derecho a no declarar. El detenido estuvo asistido por el letrado Gaspar Oliver.

Tanto el fiscal Tomás Blanes como el abogado de la familia del fallecido, Fernando Mateas, pidieron a la jueza que decretara el ingreso en prisión de los dos detenidos. La acusación, además de asesinato, imputa un delito de tráfico de drogas a los dos detenidos, ya que uno de ellos reconoció que se dedicaba a esta actividad.

En los últimos días la Policía ha tomado declaración a varios vecinos de Manacor, para esclarecer algunos extremos del caso. Aunque no hubo testigos directos del asesinato, sí hubo varias personas que escucharon disparos. Estos testigos han coincidido en que estos disparos se habían realizado con una escopeta de caza, que es la arma que se utilizó para asesinar a Julio Camacho. El arma, que podría ser una escopeta de caza robada, a la que le cortaron los cañones, todavía no ha sido localizada por la Policía. Los agentes realizaron ayer varios registros en busca del arma. Uno de los implicados facilitó el nombre de la persona que facilitó esta escopeta.

Sí, en cambio, se ha encontrado el coche con el que supuestamente huyeron los dos detenidos tras el crimen. Se trata de un vehículo todoterreno de color verde, propiedad de Julio Camacho, que fue encontrado el lunes por la noche en la localidad de Campos. Este vehículo era una de las pistas principales que siguió la Policía desde el primer momento, ya que el coche había sido visto por varios testigos en los alrededores de donde se cometió el crimen. El todoterreno será registrado a fondo.