Navidad en Mallorca: Más de mil belenes y decenas de dulces en Sant Miquel

La colección de las hermanas Vázquez y los nacimientos de la Agrupació de Betlemistes Francesc Rosselló protagonizan la exposición del Centro de Historia y Cultura Militar, así como la repostería conventual

Navidad en Mallorca: Más de mil belenes y decenas de dulces en Sant Miquel

B. Ramon

Raquel Galán

Raquel Galán

Los belenistas de Mallorca llevan meses trabajando para que sus creaciones luzcan estos días en cualquier rincón que celebre la Navidad. Ya sean particulares o unidos en agrupaciones, quienes disfrutan con las manualidades y les apasionan los nacimientos desarrollan su afición utilizando materiales tan diferentes como papel, esponjas naturales del mar o figuritas de porcelana. Son tres de las novedades de la colección de 1.150 belenes de 83 países y una treintena de provincias que atesoran las hermanas Carolina y Pilar Vázquez, expuesta desde ayer en el Jai de Nadal del Centro de Historia y Cultura Militar, en la calle Sant Miquel.

A estos se suman los cuatro mucho más grandes creados por los maestros de la Agrupació de Betlemistes Francesc Rosselló, que han «recuperado la antigua costumbre de esconder un fraile en el Belén para que los niños y adultos se diviertan buscándolo», explica Jaume Creuhet frente a su nacimiento típico mallorquín, que tiene entre otras cosas peces hechos con semillas de calabaza y 2.000 tejas de barro en las casas, todo elaborado a mano, como el de Tolo Roca y Pere Costa. Están en la sala capitular del extinto convento de Santa Margarita y, además de sus frailes, el público también se puede entretener en busca de Superman, un guiño moderno entre tanta tradición que sorprenderá a los alumnos de las numerosas visitas escolares que comienzan este martes.

En la iglesia se halla el Belén mallorquín de Santiago Jofre, que ha contado con la colaboración de varios aficionados para crear una completa representación de 40 metros cuadrados y alrededor de 60 figuras. «La mayor parte del nacimiento está hecha de corcho y las casas son réplicas de las de mi pueblo, Costitx. También hay un torrente con agua y un lago con un barco de vela latina», detalla el artífice de la escenografía, quien lleva dos décadas con esta afición y este lunes deleitó a los numerosos asistentes a la inauguración.

Un regalo artesanal

Muchos empezaron el recorrido por el patio del claustro, donde se ubica la muestra de repostería de tres emblemáticos monasterios de Palma (las Caputxines, Santa Clara y Santa Magdalena) y uno de Manacor (la Santa Familia). Ofrecen en total una treintena de dulces diferentes elaborados de forma artesanal por las monjas de clausura, «un regalo perfecto para estas fiestas hecho con manos bendecidas», destaca Fani, una de las voluntarias en el puesto de Santa Clara.

Allí hay turrones, el dulce llamado Pez Real, torta de chocolate y coca de turrón, entre otras delicias; mientras que en las Caputxines tienen sus famosas yemas de Santa Isabel, así como panellets, perrunillas, mazapán, pestiños, cocas, garrapiñadas, etc. En el puesto de Santa Magdalena se pueden adquirir sus populares pastas y una quincena de dulces; y el monasterio de Manacor se ha centrado en elaborar confitura de variados sabores, entre ellos una que une naranja y plátano.

Las religiosas de la Purísima Concepció (las Caputxines) han creado también artesanías, como pequeñas mantelerías, belenes enmarcados en hojas de palmera, neules y retablos pintados a mano, una oferta que se añade a la de los puestos de Mater Misericordiae y Manos Unidas, cuyos beneficios se destinarán a los proyectos que tienen en marcha. La muestra del patio del claustro estará abierta hasta la víspera de Nochebuena y la exposición de belenes, hasta el 5 de enero, antes de Reyes.