Producción

Así es el trabajo en la batea cuando el mejillón flojea

Preparan la siguiente campaña desdoblando las cuerdas de cría

El desdoble y encordado de cuerdas de cría en la ría de Arousa, ayer. En el centro, un hombre usa la máquina encordadora.

El desdoble y encordado de cuerdas de cría en la ría de Arousa, ayer. En el centro, un hombre usa la máquina encordadora. / M. MÉNDEZ

Manuel Méndez

La actual campaña del mejillón está resultando un estrepitoso fracaso, debido a que las altas temperaturas del agua hicieron que el molusco desovara mal, se debilitara y no fuera capaz de alcanzar el rendimiento en carne habitual.

Una situación así, ante la que nada se puede hacer, solo sirve para multiplicar las pérdidas en la producción y reducir la rentabilidad de los parques de cultivo flotantes, ya que aún registrándose una gran cantidad de pedidos de mejillón, la capacidad del sector para satisfacer esa demanda se reduce a la mínima expresión.

Las bateas se vacían antes

Como ejemplo: si antes se sacaban 7 barcadas de una batea –15.000 kilos de mejillón a granel para las fábricas en cada una–, ahora con 4 barcadas el vivero flotante ya queda vacío, ya que al ser el molusco mucho más pequeño se emplean más cuerdas.

Pero a pesar de todos los contratiempos, los bateeiros no pueden permanecer de brazos cruzados, ya que lo perderían todo, tanto en la presente cosecha como en las venideras.

Mantenimiento de viveros y barcos

Razón por la cual, si no tienen mejillón para descargar se dedican a otras acciones, como el mantenimiento o acondicionamiento de sus viveros y del pintado y reparación de los barcos auxiliares de acuicultura, entre otras tareas.

Sobre todo, se encargan de preparar la siguiente campaña, que es lo que más ocupa y preocupa al sector en estos difíciles momentos.

Lo hacen con la esperanza de que la temperatura del agua recupere pronto los parámetros normales y de que los afloramientos costeros renueven las ya agotadas reservas de alimento en las rías, dotándolas de los nutrientes necesarios para que, durante los próximos meses, el “oro negro” de las bateas gallegas adquiera el tamaño y todas las propiedades que lo convierten en el más preciado del mundo.

El desdoble manual

Preparar la siguiente campaña significa, por ejemplo, afrontar el desdoble de las cuerdas de cría, que es, quizás la acción más repetida estos días en las rías.

Con una particularidad, pues al estar la mejilla tan débil y ser tan escasa no hay ni un alevín que perder, de ahí que buena parte de los productores se ocupen de desdoblar y encordar a mano.

Aquellos que no conozcan cómo funciona el ciclo de cultivo de esta actividad acuícola convertida en uno de los motores económicos de Galicia, deben saber que la cría o semilla del mejillón, la conocida como mejilla, se obtiene en cuerdas colectoras colgadas de las propias bateas o bien, y sobre todo, raspándola en las rocas del litoral, entre diciembre y abril o mayo.

Lo que se hace es encordar esa semilla, es decir, sujetarla a una cuerda mediante una fina red biodegradable que le permite empezar a crecer y agarrarse por sí misma, al cabo de unos meses.

Cuiado con el biso

Cuando esos alevines alcanzan el tamaño adecuado y disponen de suficiente biso –los filamentos o pelos con los que se aferran a todo aquello que tienen cerca–, se efectúa el desdoble, que consiste en repartir el peso de cada cuerda de cría en dos o tres diferentes, para que siga creciendo y evitar que, a causa del propio peso, se produzcan desprendimientos al fondo de las rías.

Ya con el desdoble efectuado, el mejillón alcanzará el tamaño comercial al cabo de entre diez y catorce meses, dependiendo de la calidad de la cría usada y la efectividad de desdoble.

Muchos condicionantes

Pero también en función de la categoría de molusco que se quiera comercializar, el mercado al que se quiere destinar, la ubicación de las bateas dentro de cada ría e incluso la posición de cada cuerda en el emparrillado de los viveros.

Pues bien, la fase que afronta ahora el sector, como queda dicho, es esa del desdoble, para repartir el peso de cada cuerda de cría en varias.

Lo que sucede es que en lugar de hacerlo con la maquinaria que en los últimos tiempos se ha ido introduciendo en esta actividad para hacer más llevadero el trabajo de los mejilloneros, lo que hacen muchos es completar el desdoble y encordado manualmente.

¿Por qué así? Explican en el propio sector que “cuando la cría aún no tiene un buen tamaño y es escasa lo que se hace es desdoblar a mano para aprovecharla mucho más”.

Lo que quieren decir es que “haciéndolo a mano se consume menos cantidad de cría y, en consecuencia, podemos sacar más cuerdas de desdoble, mientras que con la máquina se pierde mucha semilla”.

Eso sin olvidar que “la máquina también le arranca el pelo, por lo que después pierde fuerza y tiempo desarrollando el nuevo biso antes de empezar a crecer, mientras que haciendo el desdoble a mano la mejilla no sufre y crece desde el día siguiente, por lo que se adelanta la próxima cosecha un par de meses”.

En definitiva, que los bateeiros se afanan en preparar la siguiente campaña, independientemente de que se sigan produciendo descargas correspondientes a la actual, claramente lastrada por el bajo rendimiento del molusco. Esto obliga a los propios productores a seleccionar al máximo su mercancía.

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