Violencia sexual

Una superviviente de una violación grupal: "Si os ha pasado algo así habladlo, porque el silencio te mata"

Clara Casanovas, agredida hace 45 años por chicos "muy, muy jóvenes", ha perdonado "completamente" a sus atacantes, lo cual no significa "eximirlos" de responsabilidad

Clara Casanovas, superviviente de una violación grupal a los 20 años y activista de Obertament Catalunya.

Clara Casanovas, superviviente de una violación grupal a los 20 años y activista de Obertament Catalunya. / MARTÍ FRADERA

Beatriz Pérez

"Yo soy una de tantísimas. Y, cuando lo supe, dejé de sentirme pequeña". Clara Casanovas, profesora de inglés de instituto y de 65 años, sufrió una violación grupal cuando tenía 20. Fue en 1978. El resto de su vida ha estado marcado por este hechoDesde entonces ha arrastrado depresiones profundas estrés postraumático. El movimiento MeToo, así como entrar en 2018 en el colectivo en favor de la salud mental Obertament Catalunya, la ayudaron a superar el "estigma" que hay en torno a esta realidad. "Yo ya no tengo depresión desde entonces. Y gracias a Obertament tengo este nivel de liberación y bienestar", cuenta desde su piso en Vallcarca, con vistas a la ciudad.

La luz de la tarde en que Clara habla con los periodistas es nítida. La lluvia ha rebajado el calor. Ella conversa con tranquilidad. Cuarenta y cinco años después de aquello, necesita seguir contando lo que ocurrió. "Me secuestraron y me violaron tres chicos muy, muy jóvenes. Yo viajaba sola e iba por una carretera perdida entre Burgos y Santo Domingo de los Hilos. Pasó un coche y paró, creí que dentro había una chica. Me subí, pero vi que en realidad eran tres varones. Ahí supe que estaba en peligro. Iban armados con cuchillos y escopetas", explica.

Es difícil sobrevivir a algo así, pero más es hacerlo sin rencor y desde el perdón. Los mismos que ella demuestra cuando a la periodista se le escapa un "hijos de puta". "No son hijos de puta -responde Clara, y en la cabeza de todos retumba el 'caso Màgic' de Badalona-. Son niños, humanos que han crecido en un entorno que no los ha guiado, y que no han recibido el amor, el afecto y la dirección correcta. Esta es la gran cosa".

Con el 'Me too' y Obertament Catalunya entendí que éramos millones [las mujeres violadas]

Clara asegura haber perdonado "completamente", hace años, a sus agresores. "Lo que no quiere decir -precisa- que los exima de su responsabilidad". Esta mujer considera un error colocar a los hombres que violan en la categoría de "seres irracionales e impulsivos". "No, son hombres que han crecido en un entorno machista donde no hay respeto ni por las mujeres ni por los más humildes. Tiene que ver con una cuestión de poder", opina. Aquí, en la educación de la personas y en la actuación de las diferentes administraciones, es donde cree Clara que hay que poner el foco, en un momento en que están tan recientes las violaciones producidas en el centro comercial Màgic de Badalona, perpetradas por menores de edad. "Cuando sale una noticia así, me pongo enferma. Me paso 48 horas en la cama. Pero no solo las niñas son víctimas, también lo son esos niños. Si no tienen el cerebro formado y están haciendo esas cosas, ¿de qué son víctimas?", reflexiona.

Retrato de Clara Casanovas, en el jardín de su casa.

Retrato de Clara Casanovas, en el jardín de su casa. / MARTÍ FRADERA

Hablar, su salvación

El caso de Clara deja claro que las violaciones grupales de hombres a mujeres no son un fenómeno reciente. Pero ahora se habla más, y ella defiende que su recuperación ha pasado por hablar de lo sucedido. Es algo que no hizo entonces, cuando le ocurrió. No porque no quisiera, sino porque nadie la escuchó. "Una amiga me dijo que de qué me quejaba, que estaba viva. Llamé a una feminista que conocía y me dijo que en ese momento tenía trabajo. Mi novio de entonces se puso a hablar de sí mismo. Y el ginecólogo que me visitó me dijo: 'Ah, ¿ya has hecho el amor? La próxima vez hazlo así, así y así'", recuerda. Solo un psiquiatra le dijo que lo que le había pasado era algo muy grave que la removería por dentro muchos años. Y así fue.

"Fue ahí, al no sentirme escuchada, cuando empezó la depresión. Yo pedí ayuda, pero nadie me ayudó". Aunque toda su vida ha hablado privadamente de su violación, no fue hasta entrar en Obertament que comenzó a hacerlo también en público. "Entendí por qué me sentía tan sola en esta depresión y en este trauma. Ninguno de mis terapeutas había sabido explicarme el marco general de todo esto: el estigma. Con el MeToo y Obertament entendí que éramos millones. Que soy un granito de arena en una playa muy grande", explica Clara. A lo largo de su vida, calcula haberse dejado entre 80.000 y 90.000 euros en terapia psicológica.

[Los agresores del Màgic de Badalona] Si no tienen el cerebro formado y están haciendo esas cosas, ¿de qué son víctimas?

Además, Clara tuvo que poner distancia de por medio. En 1984, se mudó a Estados Unidos. "Vi que allí estaba mucho más tranquila. Me fui y no quise volver", cuenta Clara, que regresó a Catalunya en 2003, a raíz de una depresión profunda que tuvo tras la caída de las Torres Gemelas, donde ella había trabajado. "Me quería morir, sí, pero nunca tuve ninguna ideación suicida. No podía vivir con tanto dolor psíquico, pero decidí no hacerle nunca eso a mi familia. Y estoy muy contenta de no haberlo hecho", sonríe. La "vergüenza" y la "culpa" que ha sentido toda su vida quedan cada vez más lejos. "Soy una superviviente de una violación grupal", dice abiertamente desde el salón de su casa, mientras ofrece té y galletas a sus invitados. Y, antes de acabar, lanza un mensaje a quienes han pasado por lo mismo que ella: "Hablad. El silencio es demoledor".

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