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ERUPCIÓN EN LA PALMA

Todo listo para empezar con los movimientos de lavas y abrir vías tras el desastre del volcán de La Palma

Tras el fin de la erupción comenzarán los estudios para proceder a la apertura de puntos de interés y cruces bloqueados

Medición de gases del volcán de La Palma en la zona de Tacande. / ANDREA SAAVEDRA

Empieza a verse la luz al final del volcán. Los indicadores se mantienen estables y siguen apuntando hacia el agotamiento del fenómeno. Es por esto que las instituciones y organismos implicados en la emergencia ya comienzan a planificar las actuaciones que seguirán a la declaración del fin de la erupción volcánica, prevista para dentro de dos días, coincidiendo con la celebración de Navidad. Una vez se de por finalizada la erupción se podrá comenzar a mover el material lávico en las zonas donde las coladas tengan menor espesor. Así lo indicó ayer Francisco Prieto, portavoz del comité técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), quien aseguró que desde la próxima semana comenzarán las mediciones de temperatura y salida de gases en algunas zonas de interés.

«En el proceso de enfriamiento de la lava se produce emisión de gases, con lo cual hay que tener mucha precaución a la hora de realizar el movimiento del material con maquinaria sin poner en peligro la seguridad», explicó Prieto. La idea es realizar ese movimiento al mismo tiempo que se monitoriza la temperatura en superficie y en profundidad y la salida de gases. Por ello tendrán que intervenir vulcanólogos y personal experto en la medición de gases y sensores de temperatura para realizar dicha monitorización.

El tremor en La Palma está a nivel del ruido de fondo. La magnitud de la sismicidad es inferior a 2,4 mbLg y está en niveles muy bajos en todas las profundidades.

«Si las pruebas son favorables, se estudiará la apertura de ciertos puntos de interés o cruces bloqueados por la lava, cuyo espesor y distancia a liberar permita hacer los trabajos con maquinaria habitual», añadió ayer el portavoz del Pevolca.

Estas actuaciones comenzarán en los bordes de la colada, donde hay menor espesor ya que la monitorización con cámaras térmicas indica que aún hay zonas calientes de lava dentro de las coladas, sobre todo en la parte interior, que es donde más espesor han alcanzado, con alturas que superan los 40 o 50 metros en algunos puntos.

Lo cierto es que los indicadores de actividad volcánica en La Palma, tanto los observables como los medidos, son muy similares a los de días anteriores y corroboran los signos de «agotamiento» de la erupción más larga de las conocidas en La Palma en tiempos históricos. Carmen López, portavoz del comité científico del Pevolca, corroboró ayer que no existen signos que lleven a pensar en una reactivación eruptiva, aunque aclaró que de momento se sigue sin dar por descartada la posibilidad de un nuevo repunte.

Entre los parámetros medidos, solamente se mantiene la deformación del terreno detectada el 19 de diciembre en la estación de Jedey, la más cercana a los centros emisores, en la se llegó a detectar una deformación que alcanzó los ocho centímetros. Esta situación ya se ha «revertido parcialmente» y los equipos del Pevolca continúan monitorizando la zona. El resto de parámetros continúa como en los últimos días: escasa sismicidad, con magnitudes inferiores a 3, niveles bajos de dióxido de azufre y ausencia de tremor.

Ayer hasta las 20.00 horas se localizaron 14 terremotos en la isla de La Palma, ninguno de ellos sentido por la población. Las magnitudes oscilan entre 1,3 y 2,4 (mbLg). La localización de los hipocentros continúa bajo la zona central de Cumbre Vieja en las mismas zonas que en días anteriores. Se han localizado 11 terremotos a profundidades entre 9 y 15 kilómetros y tres sismos a profundidades menores de cinco kilómetros. No se ha localizado en este periodo ningún terremoto a profundidad mayor de 15 kilómetros. Y la calidad del aire en el Valle de Aridane está en niveles buenos, tanto en presencia de dióxido de azufre como de partículas inferiores a diez micras (PM-10).

El portavoz del comité técnico del Pevolca insistió ayer en que aunque se dé por finalizada la erupción dentro de dos días, se mantendrá la situación de emergencia hasta que concluya el enfriamiento de la lava, la emisión de gases y la recuperación de servicios esenciales Prieto explicó, además, que durante los últimos días se ha hecho un vuelo para realizar un nuevo modelo digital del terreno y obtener datos más precisos sobre la cantidad de lava y cenizas emitidas por este volcán.

La lava ha destrozado 1.676 edificaciones, de las que 1.345 son viviendas; 180 de uso agrícola; 75, industrial; 44 de ocio; 16 de uso público y 16 de otras actividades.

Los últimos datos, de hace unas semanas, indicaban que el volcán de la Palma había expulsado 160 millones de metros cúbicos de lava y 20 millones de metros cúbicos de tefra (cenizas).

López afirmó que entre las sorpresas que ha deparado este volcán está precisamente la enorme cantidad de lava y de dióxido de azufre que ha expulsado, los cambios morfológicos continuos y la conjunción de estilos eruptivos, de efusivo a explosivo.

Según la última actualización del Catastro, el avance de las coladas han destrozado 1.676 edificaciones, de las que 1.345 son de uso residencial, 180 de uso agrícola, 75 de uso industrial, 44 de ocio y turismo, 16 de uso público y 16 de otras actividades. Los satélites del programa europeo de vigilancia terrestre, Copernicus, calculan que el número de infraestructuras dañadas son 3.126, de las que 2.988 son edificaciones destruidas y 138 están en situación de riesgo o parcialmente dañadas. Respecto a los cultivos agrícolas, la lava han cubierto 369,95 hectáreas, de las que 228,58 estaban destinadas plataneras; 68,05, a viñas; y 27,43, a aguacateros. A esto hay que sumar otras 72,2 hectáreas de plataneras que han quedado aisladas, así como 2,26 hectáreas de viñas. Las lenguas de roca fundida han arrasado más de 73 kilómetros de carreteras, lo que incluye calles y zonas públicas del viario.

El número de personas alojadas en establecimientos turísticos creció ayer hasta las 549. De ellas, 386 están en Fuencaliente; 70, en Los Llanos de Aridane; y 93, en Breña Baja.

La evacuación de más de 7.000 personas cuyas residencias se sitúan en la zona de exclusión, aún provoca que muchos se hayan tenido que albergar en los hoteles de la Isla. El número de desplazados en hoteles asciende a 549 personas, lo que supone dos más que el martes. Del total, 386 se hospedan en Fuencaliente, 70 en Los Llanos de Aridane y 93 en Breña Baja, gestionados por Cruz Roja y los servicios municipales. Además, hay 43 personas dependientes atendidas en centros sociosanitarios insulares.

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