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Una carta y un vídeo para el juez: la historia de la joven fallecida en un céntrico hotel de Oviedo que no quiso esperar a la aplicación de la Ley de Eutanasia

La mujer, leonesa de 35 años y socia de Derecho a Morir Dignamente, padecía una enfermedad neurodegenerativa y estuvo acompañada por dos amigos

Defensores de la eutanasia en una manifestación en 2019.

Tenía 35 años cuando decidió quitarse la vida. La joven hallada muerta el miércoles en Oviedo era ingeniera de profesión, nacida en León en 1986, padecía una enfermedad degenerativa que durante los últimos cuatro años había mermado su calidad de vida. En esas circunstancias, acompañada de dos compañeros de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), reservó una habitación en un céntrico hotel de Oviedo y, en la noche del martes, una dosis de barbitúricos terminó con su vida. En la habitación, cuando llegó la Policía Nacional a la mañana siguiente, se encontró una carta dirigida al Juez, una tarjeta de vídeo y el bote de medicamentos.

La joven manifestó en la carta dirigida al juzgado haber comprado por internet el medicamento Pentobarbital. Este es utilizado como anestésico y como solución habitual en los Países Bajos para la interrupción voluntaria de la vida. Las dudas que suponían adquirir un medicamento por vía no oficial respecto de su efectividad motivaron a la mujer para contactar con dos "amigos personales", también socios de DMD, para que la acompañasen en sus últimos momentos, se encargasen de avisar a los cuerpos de seguridad y garantizasen que todo ocurría según lo previsto.

Desde DMD han confirmado los hechos y asegurado que la asociación, como entidad, no tiene "nada que ver" con el suceso, aunque reconocen que los dos acompañantes eran miembros de la asociación y amigos personales de la joven. La asociación, indica, "no hace acompañamiento" pero añade que sus miembros generan "relaciones afectivas personales". Trabajadores del hotel aseguran que ninguno de ellos resultó detenido y que se les veía "compungidos" una vez que se hubo levantado el cadáver.

Sobre las cinco de la mañana del miércoles llegaron al hotel una patrulla de la Policía Nacional, un forense, y los servicios funerarios. Equipados con EPIS hicieron saltar las alarmas en el centro de la ciudad. La Policía Nacional, que fue quien encontró la tarjeta de vídeo, ya ha trasladado las pruebas al juzgado para su investigación. Fuentes del cuerpo aseguraron que se trata de un caso "extraño" cuya legalidad tiene que valorar la Justicia. En la tarjeta de vídeo se encontraría grabado, presuntamente, el suicidio y, en la carta, además del nombre, apellidos y DNI de la joven, explica tanto los motivos que la llevaron a tomar su última decisión como la falta de participación de quienes decidieron libremente acompañarla.

Según sus conocidos, la joven había "luchado mucho por la vida". Junto a uno de los amigos que la acompañaron había recorrido varios neurólogos del país buscando una solución para su enfermedad. Esta le había provocado un cuadro de disautonomía, que había limitado las funciones de sus órganos internos. En los últimos años, cuentan desde la asociación, su falta de autonomía había llegado al punto de tener que retirarse las heces con la mano. Ante la "lentitud" de la aplicación de la nueva Ley de Eutanasia, la mujer no quiso esperar.

Desde DMD manifiestan que su política oficial es derivar a todo aquel que quiera "morir dignamente" a la red sanitaria, pero que defienden que cada cual pueda morir "dónde, cuándo y acompañado de quien quiera".

La Ley de Eutanasia entró en vigor el pasado 25 de junio, pero su implantación no ha tenido la celeridad que reclama la asociación. Asturias ha sido una de las comunidades que más ha tardado en nombrar su Comisión de Garantía y Evaluación para la valoración de cada caso, aprobada el pasado 5 de agosto.

Actualmente, el suceso sigue investigándose.

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